Se diría que el indio gozaba con esta vida de inquietud y peligro, que su naturaleza fuerte y bravía necesitaba de estas persecuciones violentas, en las que, mientras sus perseguidores desplegaban toda la habilidad de un cazador apasionado, él desplegaba toda la ferocidad del tigre y toda la astucia del zorro.
Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía.
Creo que la ansiedad que circula en mi vida nace de un desequilibrio entre lo que soy lo que debería ser. Mi ansiedad no se origina en una visión del futuro sino en el deseo de sujetarlo a mi voluntad.
El método seduce especialmente a gentes sometidas a una ética laboral implacable: alemanes, japoneses y norteamericanos. La utilización de una cámara aplaca la ansiedad que sufren los obsesionados por el trabajo por no trabajar cuando están en vacaciones y presuntamente divirtiéndose. Cuentan con una tarea que parece amigable imitación del trabajo: tomar fotografías.
El viaje se transforma en una estrategia para acumular fotografías. La actividad misma de fotografiar es tranquilizadora, y atempera esa desazón general que se suele agudizar en los viajes.
Los ratones no parecían especialmente molestos por este cambio, a excepción del ratón gris de los bigotes negros, cuyo aspecto de profundo malestar llamaba la atención en seguida.
He descubierto que todo el malestar de los hombres deriva de una sola cosa: no saber permanecer en reposo en una habitación.
Vivir cerca de personas cuya condición representa un reproche ético permanente es una fuente de incomodidad incluso para los ricos.
La conducta es tres cuartas partes de la vida y su preocupación más grande.
La verdadera preocupación nacía de que no sabía lo que andaba buscando. ¡Demasiada reflexión, lógica, sentido! La vida misma no obedece a ninguna lógica, ¿Por qué querer inferir su significado a fuerza de lógica? Y luego, ¿Qué es la lógica? Yo creo que debería apartarme de la reflexión, pues ésta es la raíz de mi mal.
Mi desvelo fue siempre persuadir a la mujer de que no la engaño. A esta no podré persuadirla jamás de que no la quiero
Los pueblos, los hombres se enfrían por ausencia de espíritu. Pero estamos nosotros, con pedernal y yesca, con melodías y cantares, poemas y reflexiones, alto desvelo y sueños de todo tipo, para entibiar las horas de aquellos que no quieren congelarse todavía.
La vida es una perturbación inútil de la calma del no ser.
Deja de estar pensando siempre que causas alguna molestia, coacción o perturbación a tu prójimo. Si así fuera, la gente ya protestaría, y si no tuviera el valor para hacerlo, es su problema.
La envidia es una pena que causa turbación y que se refiere a la prosperidad, mas no a la del que es indigno de ella, sino a la de un igual o semejante.
En ella todos los sentidos eran en realidad uno solo, de modo que el gusto, el olfato, el oído, la vista y el tacto se unían en una sola emoción, con frecuencia demasiado intensa para poderla soportar sin una extraordinaria turbación del espíritu.
Acumular riquezas proporciona gran zozobra
Siempre es grato elevar nuestro pensamiento a los días de la infancia, esa edad de ilusiones color de rosa, en que libres de toda zozobra sobre el mañana, creemos que el mundo no se extiende más allá de nuestros juguetes y del espacio que abarcan nuestros ojos.
De nuevo reinaba la oscuridad y la tristeza en el templo. Algunas personas cercanas al altar murmuraban oraciones y pequeñas lámparas votivas ardían ante la diosa de mármol. Fuera rugían salvajemente los truenos, alterando la paz del templo.
La melancolía es una tristeza, un deseo sin nada de dolor, parecido a la tristeza en la misma medida en que la neblina se parece a la lluvia
Los sentimientos de nuestro corazón, la agitación de nuestras pasiones, la intensidad de nuestros sentimientos debilitan sus conclusiones y reducen al filósofo profundo a un mero plebeyo.
No son las grandes desgracias las que crean la desgracia, ni las grandes felicidades las que hacen la felicidad, sino el tejido fino e imperceptible de mil circunstancias banales, de mil detalles tenues que componen toda una vida de paz radiante o de agitación infernal.
Más que por la A de amor estoy por la A de asma, y me ahogo de tu no aire, ábreme alta mía única anclada ahí, no es bueno el avión de palo en el que yaces con vidrio y todo en esas tablas precipicias, adentro de las que ya no estás, tu esbeltez ya no está, tus grandes pies hermosos, tu espinazo de yegua de Faraón, y es tan difícil este resuello, tú me entiendes: asma es amor.
Al principio fue la palabra, esa energía que guía tú voz si hablas. Igual que un arma que se activa entre tus labios, alejándote del lodo y de ese ahogo solitario
Escribir sobre la melancolía solo tendría sentido para aquellos a quienes la melancolía satura o si el escrito viniera de la melancolía. Trato de hablarles de un agobio de tristeza, de un dolor intransmisible que nos absorbe a veces, y a menudo, perdurablemente, al punto de hacernos perder el gusto por toda palabra, por todo acto, el gusto mismo por la vida.
Los cuentos bonitos siempre hacen perder la noción del tiempo y, gracias a ellos, nos salvamos del agobio de lo práctico El Cuarto de Atrás.
Si en la lid el destino te derriba; si todo en tu camino es cuesta arriba, si tu sonrisa es ansia insatisfecha, si hay faena excesiva y vil cosecha, si a tu caudal se anteponen diques... Date una tregua ¡pero no claudiques!
Una mariposa roja como la sangre se le posó, cual un pétalo de rosa, sobre las rodillas y, mientras la miraba, sus ojos se llenaron de lágrimas. No era sólo la belleza del insecto lo que aceleraba los latidos de su corazón. Era su misma existencia, y el enigma de su existencia. La dominaba un ansia de adoración, pero no sabía por qué.
Porque ¿qué es la felicidad? Una pequeña claridad tras los brumosos laberintos llenos de incertidumbre. Algo de pureza tras la confusión
Las palabras nunca son claras cuando el concepto no lo es. La confusión de las palabras es siempre una confusión de los conceptos. No existe un buen significante cuando el significado continúa oscuro
Dentro de las entrañas de los elementos, y en él somos torturados y permanecemos eternamente. No tiene límites, ni está circunscrito por nada. Doquiera que nosotros estamos está el infierno y donde el infierno esté siempre hemos de hallarnos nosotros. Y, para concluir, cuando el mundo se disuelva y todas las criaturas sean purificadas, todo lo que no sea cielo será infierno.
¿Qué hay que conocer? ¿Qué hay que dar? Somos los abandonados de Dios. Y delante de mí no se extiende ninguna Senda del Diablo, ni suena en mis oídos ninguna campana del infierno
Es preciso recordar que siempre hay un futuro, futuro que es inexorablemente incierto. Con esto no quiero dar un mensaje de pesimismo, ni mucho menos, ya que la incertidumbre puede terminar tanto negativa como positivamente, con la ventaja de que el ser humano tiene facultades para inclinar la balanza a su favor.
La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.
Nuestro amor propio sufre con mayor impaciencia la condenación de nuestras aficiones que la de nuestras pasiones.
Debemos luchar contra toda clase de manifestaciones de impaciencia exagerada y contra todo intento de romper el Frente Popular prematuramente.
La tristeza, el remordimiento y las lágrimas destruyen las células del cuerpo y envenenan la atmósfera del individuo.
El remordimiento anulaba cualquier esperanza. Era el autor de males irremediables, y vivía bajo el constante terror de que el monstruo que había creado cometiera otra nueva maldad.
Un día de estos te doy un susto y te pido, seria y formalmente, que te cases conmigo. Ay, mi vida, un día el susto te lo doy yo a ti, y si me preguntas, te respondo que sí.
Una mirada de susto o de sorpresa de una de ustedes cuando yo hablaba duramente, me corregía como ningún reto podría hacerlo; el amor, el respeto y la confianza de mis niñas era la recompensa más dulce que pudieran recibir mis esfuerzos para ser la mujer que ellas debían imitar.
La libertad resulta acreditada en la lengua propia por su tensión al lenguaje puro. El redimir en la lengua propia ese lenguaje puro que se encuentra como cautivo en la lengua extraña, liberar el lenguaje preso en la obra misma al reescribirla, es la tarea para el traductor.
Porque el contrabajo es arcaico, si usted comprende lo que quiero decir... Y sólo así es posible la música, porque en esta tensión que abarca de aquí para allí y de arriba abajo, acontece todo cuanto tiene sentido en la música, se engendra el sentido y la vida musical, la vida, en definitiva.
El amor es la emoción mas compleja. Los seres humanos son imprevisibles. No hay lógica en sus emociones. Donde no hay lógica no hay pensamiento racional. Y donde no hay pensamiento racional puede haber mucho romance, pero mucho sufrimiento
La carne contra la carne produce un perfume, pero el roce de las palabras no engendra sino sufrimiento y división.
¡Llega la locura en masa! El trastorno cerebral será general en el final del siglo
Hay una tendencia a considerar cualquier comportamiento humano que sea inusual, no bien conocido, o no bien entendido, como neurótico, psicópata, inmaduro, perverso, o la expresión de algún otro tipo de trastorno psicológico
Y cuando hubo anochecido, y a aquella noche le siguieron otras, y el hombre desesperó al cabo de que el perro volviera, sintió que el alma se le partía en dos o que se quedaba sin alma. Jamás se había detenido a pensar en lo inauditas que son las noches; en lo descomunales que son. Se sintió como un difunto en la noche.
Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender
El bar es un hotel de medio pelo que le cura el desconsuelo a los que no saben qué hacer con el desvelo
No puedo comprarlo o ¿Cómo puedo comprarlo? , son declaraciones que hacían funcionar el cerebro de mi padre rico. Lo obligaban a pensar y a buscar las respuestas. No puedo comprarlo invoca la tristeza. El desconsuelo que conduce a la desesperanza y, a menudo, a la depresión. ¿Cómo puedo comprarlo? te abre a las posibilidades, la emoción y los sueños.
Roguemos fuerza a nuestra misma desesperación
La desesperación es ya en sí una especie de suicidio.