Contigo, mano a mano busquemos otros prados y otros ríos, otros valles floridos y sombríos, donde descanse, y siempre pueda verte ante los ojos míos, sin miedo y sobresalto de perderte.
Amar es sufrir amablemente; es gozar de una ansiedad perenne, de un sobresalto siempre renovado
Había entre ellos, según él mismo me lo contara después, una disparidad de puntos de vista tal que la felicidad se espantó del hogar desde el primer momento.
Las guerras son el espanto de las madres
Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba por primera vez en su tosca desnudez original, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción de terremoto
Un día... Sobre el llanto acumulado de los seres y la eterna conmoción de los mares, se alzará la savia límpida y clara de la vida y volverá a gemir alegremente la armonía y la esperanza. Del Universo se levantará el himno más intenso y alto para cantar la grandeza del hombre
La belleza es un hiriente estremecimiento del corazón, una vida plena en el alma, y una locura de amor que hace flotar al espíritu en su éter hasta hacerlo abrazar los cielos.
Le creció entonces en el alma un estremecimiento de dignidad: ya era oficial y no quería rebajar su categoría.
La religión primitiva de la humanidad tiene su fuente principal en el inquietante temor del futuro.
La inmortalidad es un simple concepto declaró Crake. Si consideramos que la mortalidad no equivale a la muerte, sino a su conocimiento previo y el temor que suscita, entonces la inmortalidad correspondería a la ausencia de dicho temor. Los bebés son inmortales. Si eliminamos el miedo, logramos ser...
La envidia es una pena que causa turbación y que se refiere a la prosperidad, mas no a la del que es indigno de ella, sino a la de un igual o semejante.
En ella todos los sentidos eran en realidad uno solo, de modo que el gusto, el olfato, el oído, la vista y el tacto se unían en una sola emoción, con frecuencia demasiado intensa para poderla soportar sin una extraordinaria turbación del espíritu.
No se puede entrar en pánico cuando se mira la caída del mercado de valores o se congelarán como un ciervo delante de unos faros. Lo único que puedes hacer es todo lo que puedes hacer
Una cosa segura: ya no podremos volver allí. Lo pasado está aún demasiado reciente. Todo lo que hemos procurado olvidar se removería de nuevo, y aquella sensación de miedo, de inquietud furtiva, que había llegado a convertirse en pánico ciego e insensato a Dios gracias ya acabado, podría, por cualquier circunstancia ignorada, volver a la vida para perseguirnos como antes.
La conducta es tres cuartas partes de la vida y su preocupación más grande.
Al caer la noche se interrumpió el trabajo en las defensas, y con mi consiguiente perplejidad Rothgar celebró otro banquete de espléndidas proporciones. Toda aquella noche, según pude presenciar, Buliwyf y Herger y todos los otros guerreros bebieron copiosas cantidades de hidromiel y se divirtieron como si no tuvieran la menor preocupación en el mundo.
Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle: tiempo es de que se sepa, tiempo es de que la piedra pueda florecer, de que en la inquietud palpite un corazón. Tiempo es de que sea tiempo. Es tiempo.
El mar nunca ha sido amigable para el hombre. Siempre ha sido cómplice de la inquietud humana.
Esas gentes son tan silenciosas y hurañas que uno tiene la impresión de verse frente a un recóndito enigma del que más vale no intentar averiguar nada. Y ese sentimiento de extraño desasosiego se recrudece cuando, desde un alto del camino, se divisan las montañas que se alzan por encima de los tupidos bosques que cubren la comarca.
La fortaleza de los hombres juiciosos no es más que el arte de encerrar el propio desasosiego dentro del corazón.
Siempre es grato elevar nuestro pensamiento a los días de la infancia, esa edad de ilusiones color de rosa, en que libres de toda zozobra sobre el mañana, creemos que el mundo no se extiende más allá de nuestros juguetes y del espacio que abarcan nuestros ojos.
Acumular riquezas proporciona gran zozobra
Yo, que jamás supe lo que significaba el árbol de retama, ahora me asombro al descubrir que el camino a Sonohara me ha alejado mucho de mi ruta.
Los edificios eran demasiado altos, los coches transitaban a velocidad excesiva y había demasiada gente. Tuvo que taparse los oídos cuando pasó un convoy de enormes camiones rusos. Todo le provocaba el asombro de lo nuevo: los edificios de apartamentos, las estudiantes de uniforme, las luces de las calles, los manteles, los ascensores y el sabor del vino.
Me cagué encima de una sudadera. Quería ir al water y se me olvidó que
No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro.
No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro.
De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro.