Fue el descubrimiento más importante de toda su vida. Sabía leer. Era poseedor del antídoto contra el ponzoñoso veneno de la vejez.
Pasar mucho tiempo en Twitter es insano
¡Vivan los obreros, soldados y campesinos rusos! ¡Viva la revolución del proletariado francés, inglés, norteamericano! ¡Viva la liberación de los trabajadores de todos los países del abismo infernal de la guerra, la explotación y la esclavitud!
Poseo entre mis noches no sé qué incertidumbre...Y ese miedo infernal a las ausencias.
¡Escúcheme, hombre de corazón duro! ¡Escúcheme, orgulloso, severo y cruel! ¡Habría podido salvarme y devolverme la dicha y la virtud, pero no quiso! Usted es el destructor de mi alma, mi asesino, ¡Que caiga sobre usted la maldición de mi muerte y la de mi hijo aún no nacido!
La tendencia industrial es justa, es necesaria y salvadora, pero a que no se convierte en un ídolo fenicio que lance el rayo destructor contra todo lo humano, toda la cultura que ennoblece y embellece la vida
Estamos viviendo en el periodo más destructivo y, por tanto, más estúpido de la historia de nuestra especie.
Tenemos bastante idea de cómo sería un mundo científicamente controlado. En el mejor de los casos, sería como el Mundo feliz de Huxley; en el peor, como el de 1984 de Orwell. Es un hecho empírico que los logros científicos se dedican tanto o más al uso destructivo que al constructivo
Somos un pueblo que no quiere conservar mucho del pasado en la cabeza. Se considera malsano en Norteamérica recordar errores, neurótico pensar en ellos, psicótico analizarlos seriamente.
Jesús va al desierto y allí experimenta la tentación de dejar el camino indicado por el Padre para seguir otros caminos más fáciles y mundanos. Así Él se carga de nuestras tentaciones, porta consigo nuestra miseria para vencer al maligno y abrirnos al camino hacia Dios, el camino de la conversión.
Por el cosquilleo de mis pulgares, algo maligno viene hacia mi.