La cocina es multisensorial. En el instante en el que pruebas un plato, la información que llega al cerebro es impresionante.
A mi parecer, no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro humano de correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos, pero no fue concebido que debiéramos llegar muy lejos.
¿Qué quieres que ocupe su sitio, padre?. La prudencia -respondió Júpiter-, que debe estar al lado de la Verdad, porque ésta no debe ejercerse, moverse y actuar sin aquélla y porque la una sin la compañía de la otra no es posible que jamás progrese o se vea honrada. Buena decisión, dijeron los dioses.
En los jovenes mucha prudencia es mala señal.
Cristiano Ronaldo nunca alcanzará el nivel que pretende alcanzar si no acepta los hechos. Un futbolista que quiere ser el mejor del mundo, y que tal vez lo sea ya, debería tener la suficiente madurez para comprender que contra estos hechos no hay argumentos. Esto ni siquiera es un juego de palabras entre él y yo.
La madurez es la escalada hacia la verdad y hacia el bien.
Hace tiempo aprendí que no puedo en mi sano juício perjudicar a uno u otro si considero sobre nuestra disputa que el es el único culpable.
Cuando se declara la guerra ¿Se nos consulta previamente a nosotros, los combatientes encargados de ella? Luchamos cumpliendo órdenes. Si nuestro juicio aprueba la guerra, es mera coincidencia.
Es una verdad indiscutible que el conjunto del pueblo de cada país desea sinceramente su prosperidad; pero es igualmente irrefutable que no posee el discernimiento y la estabilidad necesarios para un gobierno sistemático.
Los que poseen el espíritu de discernimiento saben cuanta diferencia puede mediar entre dos palabras parecidas, según los lugares y las circunstancias que las acompañen.
La inteligencia del ser humano será inversamente proporcional a la cantidad de sujetos que se reúnan
Todo el mundo se queja de su memoria, pero nadie de su inteligencia
Se llama aplomo la capacidad de enfrentarse a la guillotina sin perder la cabeza
El espectador se ha convertido en protagonista hasta el punto de que es imposible decir si la obra de arte se crea cuando sale de las manos del autor o cuando entra en la cabeza del espectador.
Y amarte a ti así más que verdaderamente, jamás ha habido un tonto tan grande que no acertara a sacudirse todo el cielo sobre su cabeza con una sonrisa.