Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia nada construyen, porque sus simientes son de odio
El odio no se quita con el tormento, ni se expía por el martirio, ni se borra con sangre derramada.
En realidad no soy tanto un banquero como un estudioso de la malevolencia cósmica.
La pasión ante la malevolencia y la estupidez se apaga.