Ya alegra la campiña la fresca primavera; el bosque y la pradera renuevan su verdor. Con silbo de las ramas los árboles vecinos acompañan los trinos del dulce ruiseñor. Este es el tiempo, Silvio, el tiempo del amor.
El otro día un periodista me preguntó si había percibido la desaprobación por los cambios: el público no silbó los cambios, me silbó a mí. Percibí que no se silbaban mis decisiones, sino que se me silbaba a mí, como responsable de una dinámica negativa. No voy a decir que me alegro, pero me parece que se hace justicia. Siempre tuve claro que lo que había sucedido el año pasado había generado ilusión en la gente, y esto genera desilusión.
Tu corazón es una bocina prohibida por las ordenanzas de tráfico.
No quiero meterme con la prensa, pero corríjanme si me equivoco, el código del periodismo dice que hay que explicar sin desvíos los hechos noticiosos y el hecho de que Pitt tenga pene no es noticia.
Me identifico con Rasputín, era un mujeriego, aficionado a la lucha y cristiano. Y más allá de todo, tenía un pene enorme
Para ti soy un ateo, pero para Dios soy un miembro de la oposición.
La mejor manera de echar a perder tu vida es tomar notas. La forma más fácil de evitar vivir es limitarte a mirar. Buscar detalles. Informar. No participar. Dejar que el gran hermano cante y baile para ti. Ser un reportero. Ser un buen testigo. Un miembro agradecido del público.
La vida, por naturaleza, es interdependiente. Tratar de lograr la máxima efectividad por la vía de la independencia es como tratar de jugar al tenis con un palo de golf: la herramienta no se adecúa a la realidad.
Habían empezado a hacer planes juntos. Estaban sentados en un sofá de segunda mano que había sacado de la tienda benéfica de San Vicente de Paúl. Fumaban, bebían, sonreían y se ponían ciegos mientras buscaban la manera de darle un palo a Randy.
No he tenido maestro en el sentido ordinario. Mi padre me enseñó a manejar la porra en mi infancia. Desde entonces, he seleccionado una serie de tácticas de samuráis mayores en diversas provincias. También he pasado algún tiempo viajando por el campo, aprendiendo de las montañas y los ríos, a los que también considero como maestros.
A la porra con las críticas, yo le llevo el ballet a las masas.
Cuando hay libertad del condicionamiento mecánico, hay simplicidad. El hombre clásico es sólo un paquete de rutina, de ideas y de tradición. Si sigues el patrón clásico, estás entendiendo la rutina, la tradición, la sombra. No te estás entendiendo
He visto arder la biblioteca de Sarajevo, he visto tipos muy poderosos hoy, que al día siguiente pedían de rodillas que no les matasen, he visto mujeres bellísimas, que eran las reinas de la fiesta, prostituirse al cabo de un mes por un paquete de cigarros. Y cuando uno ha visto esas cosas, las tienes en la memoria y con ellas escribes novelas, te das cuenta de que la posteridad importa muy poco.
Ay, las casualidades -dijo Quim respirando a pleno pulmón, como el titán de la calle Revillagigedo-, valen verga las casualidades. A la hora de la verdad todo esta escrito. A eso los pinches griegos lo llamaban destino.
La situación era incómoda y sin embargo a los pocos segundos noté con espanto que mi naturaleza, divorciada de mi intelecto, de mi alma, incluso de mis peores deseos, endurecía mi verga hasta un límite imposible de disimular.
Si nada picó la culpa no fue mía, faltaban los peces.
Vuelo como una mariposa, pico como una abeja
En la profundidad del bosque el pájaro carpintero y el golpe del hacha.
En el mismo lugar se obstina el pájaro carpintero al atardecer.
En la profundidad del bosque el pájaro carpintero y el golpe del hacha.
Cualquier imbécil puede derribar un granero pero se necesita un buen carpintero para construir uno