Bueno es que el hombre aguante, le digo, así le digo al esqueleto cuando se me anda quedando atrás, refunfuñando, y le pego un puntapié en las costillas...
El puntapié que me asestaste ¿No será una opinión?
Si me hubiese pegado una coz un asno, ¿lo denunciaría?
Es el agente de cambio de la vida. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo lo nuevo son ustedes, pero algún día no muy lejano, gradualmente ustedes serán viejos y serán eliminados. Siento ser tan dramático, pero es muy cierto
Cuando ninguno de los votos de Nueva York viene a Madrid, creo que eso tiene que hacer pensar. Al final los actos en la vida tienen consecuencias, pero claro, cuando tenemos un presidente del Gobierno que ni se levantó cuando pasó la bandera de los Estados Unidos... no vamos a entrar en otras cuestiones
La vida me ha soportado demasiado sobre el pomo de la tierra, con esta piel culpable de todo y la huella indeleble de adioses...
Nada ni nadie puede compensar a las numerosas víctimas de la lacra terrorista por la irreparable pérdida de sus vidas, por el sufrimiento que genera sus heridas o por la dolorosa huella que dejan sus cicatrices.
Hoy te ríes de quien quiere disfrazar tu espíritu, tu estampa en una rubia tonta que no sabe que es pensar
Todo lo que veo es deseo venganza y trampa en la nación donde acampa la corrupción y el hampa, una estampa de desidia de conformismo y envidia la tibia fragilidad con la que lidian mis familias.
Los pájaros volvieron. Ningún árbol tornó a pensar en convertirse en sillas y en trincheros. La fraga recuperó de golpe su alma ingenua, en la que toda la ciencia consiste en saber que de cuanto se puede ver, hacer o pensar sobre la tierra, lo más prodigioso, lo más profundo, lo más grave es esto: vivir.
Hay que suponer que Gil Robles no estará en el Ministerio de la Guerra precisamente para democratizar el ejército sino para preparar el golpe militar que entronice la dictadura terrorista y sangrienta del fascismo.
A quince metros del cadáver ya no necesité guía alguno. Había detectado la inconfundible fetidez a muerte que se mezclaba con el peculiar olor arcilloso de los bosques. El olor a carne en descomposición no se asemeja a ningún otro y se percibía claramente en el ambiente cálido del atardecer, tenue pero innegable.