Era un pájaro de nieve: con su inefable cantar, derramaba en tristes pechos alegría sin igual.
A los cántabros nos llaman cucos. El cuco es un pájaro, en el norte de España... bueno supongo que en el resto también, si hay cucos. Bien, pues el cuco es un pájaro que el muy puñetero pone los huevos en el nido de otro y éste se los cría. Nuestras abuelas iban a parir a Barakaldo, al País Vasco, para librar a sus hijos de la guerra
No quiero meterme con la prensa, pero corríjanme si me equivoco, el código del periodismo dice que hay que explicar sin desvíos los hechos noticiosos y el hecho de que Pitt tenga pene no es noticia.
En el mundo actual, se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres, que en la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para que sirven
Cuanto yo viví en la niñez, en los dolores que se me contagiaron en la infancia, siguen influyendo de manera muy poderosa en cuanto pienso y en todo lo que siento como miembro de la sociedad
La democracia tiene por lo menos un mérito, y es que un miembro del Parlamento no puede ser más incompetente que aquellos que le han votado.
Me gusta agarrar una gallina y hacerle una pequeña incisión, para luego pasarla por todo el lugar y dejarlo lleno de sangre de pollo.
Los impuestos son el modo en que alimentamos a la gallina de los huevos de oro: la libertad, la democracia y la empresa. Hay quien dice, Bueno, esa gallina come demasiado. Probablemente sea cierto. ¡Pero más vale una gallina gorda que ninguna! La tiranía no conoce límites en sus apetitos.
¡Que lo metan en un cajón y lo embarquen en un avión viejo, junto con la familia, que el entierro lo hagan en otra parte, en Cuba... si no vamos a tener una pelota pa' el entierro! ¡Si ese gallo hasta para morir tuvo problemas!
Cuando el gallo menudea la garganta se me afina y el juicio se me clarea. Yo soy como el espinito que en la sabana florea le doy aroma al que pasa y espino al que me menea.
Veo un muro gris, un serio muro gris en el que el sol viene a pegarse como una estampilla la mitad del año, como una araña achatada, como una pasta amarilla que a la tarde se envuelve apergaminada hacia arriba. Veo también una pequeña ventana y en ella una cabeza enmarañada, sin peinarse y sin cuerpo, desnivelada al filo de una batiente abierta, con la mirada puesta lejos como hacia adentro.
Las mismas cosas tienen diversas apariencias. Las pirámides de Menfis parecen al amanecer, conos de luz rosada, y a la puesta del sol, sobre el cielo rojizo, se muestran como negros triángulos. Tú me reprochas que niegue las apariencias, cuando, al contrario, las apariencias son las únicas realidades que reconozco.
Más vale una cabra que da leche que una vaca estéril.
El esposo de la vaca se llama toro, y es el que usan para las corridas de toros. Pero fuera de eso los toros no sirven para ninguna otra cosa, pues ni dan leche ni son comestibles, ya que su carne es demasiado dura para que uno la pueda masticar a gusto.