Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral.
De modo que por fin había sucedido: estaba a punto de convertirme en ladrón, en un afanador de leche de tres al cuarto. En esto se había transformado el genio de genio pasajero, el cuentista de un solo cuento: en ladrón.
El carácter humano es como una balanza: en un platillo está la mesura, y en el otro la audacia. El mesurado tímido y el audaz indiscreto son balanzas con un brazo, trastos inútiles.
Hay tres cosas que es indiscreto manifestar: el ingenio en presencia de todos, la riqueza delante de los pobres y la alegría frente a los que lloran.
El murmurador a todos los cuerdos es aborrecible, porque cada uno se teme dél, y piensa que otro tanto dirá dél en ausencia, como dice de los otros.
Sobre lo que el público piensa de él: Un bocazas escupe-mierda de Manchester... y estarían totalmente en lo cierto. (The Times, Agosto 2008).
Es una intrigante paradoja que el capitalismo fuera salvado gracias a transformaciones que se identificaron con el socialismo.
Para un viejo anarquista como yo, que cree en la propiedad egoísta de Stirner y en la mónada autista de Leibniz, el mundo no es más que un tonto y entrometido auditorio que cree que está en un happening cuando ocurre un monólogo
Realmente curioso cómo suceden estas cosas. La varita escoge al mago, recuérdalo...Creo que debemos esperar grandes cosas de ti, Harry Potter...Después de todo, El-que-no-debe-ser-nombrado hizo grandes cosas...Terribles, sí, pero grandiosas.
Eres curioso y preguntón, oliscón y ventanero: ¿no te da vergüenza ser, hasta en los defectos, tan poco masculino? -Sé varón
Soy recontra alcahuete de Menem