Las cartas de recomendación son las que se entregan a un inoportuno para que vaya a importunar a otro.
Prefiero ser inoportuno e indiscreto antes que adulador y taimado.
Es preocupante que este Gobierno diga que la Transición no vale y que hay que hacer otra. Es un error de gente joven imprudente e ignorante creer que cada veinte años se pude andar rehaciendo las estructuras básicas de España.
Para evitar el daño irreparable, el presupuesto debe balancearse lo antes posible y no sólo en cuestiones superficiales. El equilibrio debe conseguirse mediante el recorte del gasto imprudente y no mediante la subida de la carga impositiva que ya se encuentra socavando los incentivos y la producción.
Frívolo y disperso, aficionado en todos los campos, no habré conocido a fondo más que el inconveniente de haber nacido.
Lo que llamamos progreso es el cambio de un inconveniente por otro.
El público es más inteligente de lo que él mismo cree, pero no hay que decírselo, porque si no se vuelve aún más impertinente de lo que es de por sí.
No tengas por importuno al que pida cosas justas
Para un viejo anarquista como yo, que cree en la propiedad egoísta de Stirner y en la mónada autista de Leibniz, el mundo no es más que un tonto y entrometido auditorio que cree que está en un happening cuando ocurre un monólogo
Periodista es ese tipo que escribe a toda velocidad de cosas que generalmente ignora y lo hace de noche y la mayoría de las veces cansado o borracho y que no teniendo talento para ser escritor ni coraje para ser policía se queda sólo en un chismoso o en un simple confidente.
Sobre lo que el público piensa de él: Un bocazas escupe-mierda de Manchester... y estarían totalmente en lo cierto. (The Times, Agosto 2008).
El murmurador a todos los cuerdos es aborrecible, porque cada uno se teme dél, y piensa que otro tanto dirá dél en ausencia, como dice de los otros.
La gente que ve un dibujo en The New Yorker piensa automáticamente que es chistoso porque es una caricatura. Si lo ve en un museo, piensa que es artístico; y si lo encuentra en una galleta de la suerte, piensa que es una predicción.
Las ciudades obligan al crecimiento, y hacen que el hombre sea chistoso y hablador, pero todo es artificial.
El buen gusto estaba fuera de lugar cuando se trataba de la muerte, que constituía la esencia del mal gusto.
La Gran Enfermera tiene tendencia a alterarse mucho cuando algo impide que su equipo funcione como una máquina bien aceitada, exacta, de precisión. Cualquier objeto desordenado o fuera de lugar o en medio del paso la convierte en un blanco hatillo de sardónica furia.
Del maldiciente al malhechor sólo media la ocasión
La lengua maldiciente es indicio de mal corazón.