Por más hablador que sea un hombre, siempre, siempre se calla las nueve décimas partes de lo que piensa
Del hablador he aprendido a callar; del intolerante, a ser indulgente, y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud hacia esos maestros.
El murmurador a todos los cuerdos es aborrecible, porque cada uno se teme dél, y piensa que otro tanto dirá dél en ausencia, como dice de los otros.
Para un viejo anarquista como yo, que cree en la propiedad egoísta de Stirner y en la mónada autista de Leibniz, el mundo no es más que un tonto y entrometido auditorio que cree que está en un happening cuando ocurre un monólogo
Me gustaban sus caricias y su pelo, y sus horas que eran mías, y mis labios en su piel. Y el aroma de ese perfume indiscreto que acostumbraba en el cuello donde tanto le busqué.
Prefiero ser inoportuno e indiscreto antes que adulador y taimado.
Evitad lo vulgar en todo lo que escribáis. Cada estilo, por poco noble que sea, tiene su nobleza. El descarado género burlesco logró, en un principio y a expensas del buen sentido, engañar la vista y atraer por su novedad.
Podemos simpatizar los unos con los Otros, y eso es más que bastante: eso es todo, y difícil, acercar nuestra historia a la de otros podándola del exceso que somos, distraer la atención de lo imposible para atraerla sobre las coincidencias, y no insistir, no insistir demasiado: ser un buen narrador que hace su oficio entre el bufón y el pontificador.
El rico se ríe con el bufón, y el bufón se ríe del rico, porque hace caso de los que lisonjea
La soledad es como un suplicio ingenioso de la naturaleza que hace que nos encontremos con nosotros mismos para poder valorar a los demás...
Es la India la que nos ha dado el ingenioso método de expresar los números con símbolos, cada uno con un valor y una posición; una idea tan importante y profunda nos parece tan simple que ignoramos su mérito
El otoño es un andante melancólico y gracioso que prepara admirablemente el solemne adagio del invierno.
Tengo una teoría, hay una excelente conexión entre los que es gracioso y los que da miedo. Hay una conexión muy cercana entre lo que asusta a la gente y lo que los hace reír. La risa es una especia de nerviosismo. Los animales no ríen. La risa está, los antroólogos están de acuerdo, directamente conectada con mostrar los dientes.
La responsabilidad del humorista es hacer reír.
No hay un humorista gráfico que se aprecie como tal, tiene que tener por lo menos tres o cuatro chistes de naufrago, sino, no es un humorista. ¿Por qué? Porque es una situación límite, una situación que ya implica una tensión que te obliga a desarrollar algo.
Amame como quiere su ambrosía en el jardín la flor; como ama de su voz la melodía festivo ruiseñor.
Una de las pocas cosas buenas del mundo moderno: si mueres en televisión no morirás en vano. Habrás entretenido a mucha gente
Los otros días iba caminando muy entretenido y me encuentro con el arroyo más raro del mundo: figúrese que la orilla de este lado la tenía del otro
Hasta los 30 es divertido soplar las velitas. Pero a partir de esa edad, son las velas las que te soplan a ti, llevándose de paso lo que va quedando de tu pelo y de tus sueños.
Él tiene que ser bueno en la cama y el tamaño importa. ¿Sabes a qué me refiero? Los recuentos de belleza interior también cuentan, pero sin un juguete no es divertido