A veces rechazar un honor no es humildad, sino explícita soberbia, afán de superar a los que antes los aceptaron. Pocas veces asoma con tanta nitidez a la superficie la violencia del subconsciente.
Julio. Mi primer afán fue conocer perfectamente el ingenio, costumbres, afectos, riquezas e inclinaciones de todas las gentes y sobre todo de los príncipes: quién convenía con quién, quién tenía diferencias con quién. A continuación procuré servirme de todas esas cosas en mi propio interés.
En el curso de la próxima generación, creo que los amos del mundo descubrirán que el condicionamiento infantil y la narcohipnosis son más eficaces como instrumentos de gobierno que los garrotes y los calabozos, y que la avidez de poder puede satisfacerse tan cabalmente si mediante sugestión se hace que la gente ame su servidumbre como si a latigazos y puntapies se le impone la obediencia.
Lo más inexplicable era y sigue siendo cómo pueden salir de su tumba y regresar a ella. La doble vida de los vampiros se mantiene gracias al sueño cotidiano en la tumba. Su monstruosa avidez de sangre de seres vivos les proporciona la energía necesaria para subsistir durante las horas de vigilia.
Se ha declamado mucho contra el positivismo de las ciudades, plaga que entre las galas y el esplendor de la cultura corroe los cimientos morales de la sociedad; pero hay una plaga más terrible, y es el positivismo de las aldeas, que petrifica millones de seres, matando en ellos toda ambición noble y encerrándoles en el círculo de una existencia mecánica, brutal y tenebrosa
Mi ambición está limitada por mi pereza.
Un regalo de Reyes suele suponer, más que el capricho del niño, el fantasma de un anhelo o desconsuelo de los padres
La izquierda salvadoreña tiene su propia identidad y responderá a sus propias circunstancias. Tiene que responder a la demanda, la aspiración y al anhelo de cambio que le ha planteado el pueblo salvadoreño. No tiene por qué alinearse al proceso de la revolución bolivariana que dirige Chávez, ese proceso responde a Venezuela
Hasta el mediodía no sentí especial ansia el hototogisu.
Amor: eso que el corazón ansía dolorosamente
El capitalismo es el sistema. La democracia actual es una forma de organizarse dentro del sistema. En el capitalismo es donde está el gran problema. La voracidad de esa bestia es infinita
En la voracidad insaciable de poder, consumismo y falsa eterna juventud, los extremos débiles son descartados como material desechable de una sociedad que se torna hipócrita, entretenida en saciar su vivir como se quiere (como si eso fuera posible), con el único criterio de los caprichos adolescentes no resueltos
...e imaginé a otro hombre con las falanges rozando el suelo y respirando por medio de agallas eléctricas que le insuflaban aire en los pulmones muertos.
Mi principal afición es burlarme de las personas que se toman a sí mismos demasiado en serio por la calidad de sus conocimientos y que no tienen las agallas para decir a veces: No lo sé...
MAPA ANTIGUO. En un amor, la mayoría busca una patria eterna. Otros, aunque muy pocos, un eterno viajar. Estos últimos son melancólicos que tienen que rehuir el contacto con la madre tierra. Buscan a quien mantenga alejada de ellos la melancolía de la patria. Y le guardan fidelidad. Los tratados medievales sobre los humores saben de la apetencia de viajes largos de este tipo de gente.
Quien más haya menester de una cosa, quien más ponga en ella apetencia y voluntad, ese debe de ser su dueño.
La cólera se transforma muy fácilmente en concupiscencia agresiva y la pena, si se la da una oportunidad, se convierte, de modo casi imperceptible, en la sensualidad más deliciosa.
¡Oh, dulce concupiscencia de la carne! Refugio de los pecadores, consuelo de los afligidos, alivio de los enfermos mentales, diversión de los pobres, esparcimiento de los intelectuales, lujo de los ancianos. ¡Gracias, Señor, por habernos concedido el uso de estos artefactos, que hacen más que palatable la estancia en este Valle de Lágrimas en que nos has colocado!
Las personas que pagan por lo que comen insisten en que se de gusto a su paladar, por caprichoso que sea.
Cuando un hombre de letras alemán deseaba antiguamente dominar a su nación, le bastaba con hacerle creer que había alguien dispuesto a dominarla. Al punto quedaban todos tan intimidados que se dejaban dominar con gusto por quien fuese.
Está a menudo vinculada a la codicia y el materialismo del mundo desarrollado
El materialismo niega el libre arbitrio y llega a la constitución de la libertad; el idealismo, en nombre de la dignidad humana, proclama el libre arbitrio y sobre las ruinas de toda libertad, funda la autoridad.