Es inútil buscar la seguridad detrás de barreras geográficas. La seguridad real se encuentra sólo en la legislación y en la justicia.
Cristo, al haber llamado como apóstoles suyos solo a varones, no se amoldó al uso dominante y a la tradición avalada por la legislación de su tiempo, y puso en evidencia la dignidad y la vocación de la mujer