Bello es ver en la llanura una palmera piramidal; más, mujer, en tu hermosura todo es más regio, ¡todo es triunfal!
Estamos en el buen camino. No miréis ni a derecha ni a izquierda, porque éste es el mejor para nosotros. No nos distraigamos en considerar la hermosura de otras vías, saludemos simplemente a quienes transitan por ellas y digámosles con sencillez: que Dios nos guíe hasta encontrarnos en su morada
La perversidad es un mito inventado por la buena gente para justificar el peculiar atractivo de otros.
La Sencillez hacia el exterior corresponde a los hombres ordinarios, como un vestido hecho a media para ellos, pero sirve como un adorno a los que han llenado su vida con grandes hechos: se podría comparar con un poco de belleza descuidadamente vestida y con ello todo el atractivo más.
La política es bella, aunque parezca fea por lo que se le entra del interés inevitable; y su beldad está en la fatiga difícil y dolorosa de los hombres en virtud por tener la república a salvo de los que negocian con la santidad de sus oficios.
Si a la bella se suma la discreta, y nuestra vista bebe su dulzura colmando el corazón de ansia secreta, del amor al asedio que perdura pidiendo estadio la beldad nos reta como bravo adalid en su armadura
La amistad es el más alto grado de perfección de la sociedad.
Nunca la persona llega a tal grado de perfección como cuando rellena un impreso de solicitud de empleo.
Sentir que detrás de cualquier cosa que pueda ser experimentada existe un algo que nuestra mente no puede captar y cuya belleza y sublimidad nos alcanza indirectamente y como un débil reflejo, eso es religiosidad. En ese sentido yo soy religioso
Mirara hacia donde mirara, ya fuera hacia la tierra durmiente o a las vastas regiones del espacio, la magnificencia del mundo estaba más allá de la mente humana, se advertía la sublimidad de Dios y la majestad de su presencia.
En la vida, la mayoría de nosotros vamos a hacer cosas comunes; pero lo más importante es hacerlas extremadamente bien para poder ir a la playa sin que lo reconozcan o sepan quien es; porque lo importante es la excelencia en el trabajo y no el ego ni la fama
Me gustaría que la gente se refiriese a mí como El Gran Aristóteles porque Aristóteles dijo una vez que la excelencia no es un acto singular sino un hábito y tú eres lo que haces repetidamente.
De las altas estrellas desciende un esplendor que incita a ir tras ellas y aquí se llama amor. No encuentra el corazón nada mejor que lo enamore, y arda y aconseje que dos ojos que a dos astros semejen.
Tú, ave peregrina, arrogante esplendor -ya que no bello- del último occidente: penda el rugoso nácar de tu frente sobre el crespo zafiro de tu cuello, que himeneo a sus mesas te destina.
La opinión pública y la libertad de imprenta son la espada flamígera del querubín que vela sobre el árbol de la libertad.
En Andalucía todo es arte, la campiña verdinegra de las tierras de labranza y de los anchos olivares, la quebrada de las sierras y serrijones de más gallarda estampa, la luz inmaterial y pastosa de los cielos, la elegancia blanca de la cal que, como decía Federico, ponía desnuda y blanca la noche.
La elegancia es cuestión de esqueleto.
Todos tenemos un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo que puede ser entrenado de cierta manera, un sendero conveniente para seguir. Estás aquí con el sólo propósito de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata. Alimenta la paz en tu propia vida y luego aplica el arte a todo lo que encuentres.
No hay prueba más contundente del la divinidad de Cristo que el hecho de seguir siendo tan odiado 2000 años después de su muerte.