El vino da brillantez a las campiñas, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza.
Un paisaje me llevaba a otro; la cima de una colina, a otra cercana, en la mitad del condado, y ya que mi respuesta no podía ser más que la de mover una palanca, dejé que el condado fluyera bajo mis ruedas.
Por ello amo la noche, cima donde se me da su gracia. Ni desnudez ni ropaje. El llega a las cuevas de mi corazón alargando las galerías redondas de mis ojos. Yo le penetro como espada suya a cambio de la claridad con que él me traspasa.
La seducción es el mundo de la dinámica elemental. Todo esto ha cambiado de manera significativa para nosotros, al menos en apariencia. ¿Pero qué ha sucedido con el bien y el mal? La seducción lanza a ellos entre sí, y los une más allá del significado, en un paroxismo (repentino estallido de emoción) de intensidad y encanto.
Toda la ciencia no es más que un refinamiento del pensamiento cotidiano.
Los intereses materiales ¿podrán por sí solos obrar la unión duradera y feliz de los pueblos? El refinamiento de la materia y su goces ¿alcanzarán por ventura a satisfacer sus deseos y necesidades? Los pueblos ¿no viven también por el espíritu y para el espíritu? ¿No se ve en ellos otra cosa de más valía y más imperecedera que el oro?
Gracias a Dios nunca he perdido la inocencia infantil y la pureza de la mirada y la ingenuidad.... Que la inocencia infantil era muy útil, porque si yo era un poco más sabio, no habría sido capaz de hacer nada, tal vez. Así que me alegro de que no era inteligente.
Cuando todas las esperanzas del reconocimiento u honor son distantes, cuando la pureza del corazón resuelve el dolor de la mente, cuando todo el mundo parece caminar ciegamente; solamente ahí se entiende la pasión.
La vanidad nos persigue hasta en el lecho de la muerte. La soportamos con entereza porque deseamos superar su terrible grandeza y cautivar la admiración de los espectadores
Para triunfar es necesario vencer, para vencer es necesario luchar, para luchar es necesario estar preparado, para estar preparado es necesario proveerse de una gran entereza de ánimo y una paciencia a toda prueba.
El pensamiento independiente por sí solo no se adecua a la realidad interdependiente. Las personas independientes sin madurez para pensar y actuar interdependientemente pueden ser buenos productores individuales, pero no serán buenos líderes ni buenos miembros de un equipo.
De la inmadurez de los sometidos vive la excesiva madurez de la sociedad. Cuanto más complicado y sutil es el aparato social, económico y científico, a cuyo manejo el sistema de producción ha adaptado desde hace tiempo el cuerpo, tanto más pobres son las experiencias de las que éste es capaz.