De Gasperi cercò sempre il confronto e il dialogo con tutti, dimostrando di non aver paura di affrontare i cambiamenti. Questo è stato il suo grande insegnamento che è valido ancora oggi.
La humanidad debe gran parte de sus desastres al primero que cercó un terreno y dijo: «Esto es mío».
Pensé en nuestro escudo, pensé en el huemul y el cóndor, pensé que entre las dos figuras tú estabas mucho más cerca de lo que nosotros somos (...) por eso te hice bajar a ti de la cordillera, te calcé ojotas, te puse sombrero de huaso, te hice vivir en el mundo de los humanos.
Me paso comiendo golosinas. Me encantan los ositos de goma y los aros de durazno. Los aros de durazno son como duraznos secos y cubiertos de azúcar glaseada. Los puedes conseguir en cualquier estacion de nafta (gasolina). Salen como 99 centavos cuatro bolsas. Y cashews, me encantan esos.
El amor es como una goma elástica que dos seres mantienen tirantes, sujetándola con los dientes; un día, uno de los que tiraban se cansa, suelta, y la goma le da al otro en las narices.
Si sólo una cosa, si algo insignificante te ocurriera, y despertaras de tu sueño de bella durmiente. Si tuvieras un hijo, y este muriera. Déjate envejecer, permite que las arrugas hindús emerjan de tu rostro de caucho aparente. Pero por favor, si tan sólo pudiera verte enfrentarte a eso. Me pregunto si podrías siquiera convertirte tú misma en un ser reconocible. Esa es mi duda.
A cada rato uno naufraga en lagunas educacionales. Cuando hay que detener un taxi uno piensa por qué diablos no enseñan a silbar desde el primer grado. O a desengrasar ollas, salir de un ascensor atascado, cambiar un caucho o llenar un formulario.
Una foto es algo que nos toma de la mano y nos dice: ven a ver. El problema no es sólo qué es lo que nos lleva a ver, sino, sobre todo, la forma en que nos llevan. Si en la otra mano de la foto, van la verdad y el afán de justicia, entonces vale la pena el viaje. Si no es así, entonces más vale velar el rollo y la vida
Salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente y llegar a la cama y ¡joder!... qué guarrada sin ti.
Si sólo una cosa, si algo insignificante te ocurriera, y despertaras de tu sueño de bella durmiente. Si tuvieras un hijo, y este muriera. Déjate envejecer, permite que las arrugas hindús emerjan de tu rostro de caucho aparente. Pero por favor, si tan sólo pudiera verte enfrentarte a eso. Me pregunto si podrías siquiera convertirte tú misma en un ser reconocible. Esa es mi duda.
A cada rato uno naufraga en lagunas educacionales. Cuando hay que detener un taxi uno piensa por qué diablos no enseñan a silbar desde el primer grado. O a desgrasar ollas, salir de un ascensor atascado, cambiar un caucho o llenar un formulario.
A vos no te va mal, gordito