Ocho horas diarias de trabajo es suficiente para cualquier ser humano, y debe obtener suficiente para permitir un suministro de alimentos generoso, vestimenta y vivienda.
Toda su vestimenta era anticuada, pero la llevaba con tanta majestuosidad, que la hacía parecer eterna como la ropa de la realeza.
Eres el sol de los cielos de mi santidad; no dejes que la contaminación del mundo eclipse tu esplendor. Rasga el velo de la negligencia para que emerjas resplandeciente por detrás de las nubes y adornes todas las cosas con el atavío de la vida.
Desprendeos del atavío de la vanagloria y quitaos la vestidura de la altivez.
De la celebración dominical surgen los motivos de alegría y esperanza, que dan nuevo sabor a la vida de cada día y constituyen un antídoto vital contra la posible tentación del aburrimiento, la falta de sentido y la desesperación
Con motivo de la jubilación forzoza del franquista antivasco Tomás Caballero Pastor y como celebración extraordinaria, solicito se me proporcione por demandadero:
Lo que uno ve en otra mujer cuando está borracho, lo ven en garbo cuando está sobrio.
Era un animal hermoso, una obra maestra de gallardía que ni el pensamiento era capaz de reproducir.
Llegan incluso a contraer matrimonio con ella, prorrogando su placer criminal con el refinamiento de un epicúreo. Pero con más frecuencia se encamina directamente a su objetivo, vence por la fuerza y devora a su víctima en un festín.
No, no, repito, la castidad no es una virtud, no es más que una convención que tuvo su origen en un refinamiento del libertinaje.
Todas las acciones cumplidas sin ostentación y sin testigos me parecen más loables.
A menudo se hace ostentación de las pasiones, aunque sean las más criminales; pero la envidia es una pasión cobarde y vergonzosa, que nadie se atreve nunca a admitir.
Así era Venecia, la bella insinuante y sospechosa; ciudad encantada de un lado, y trampa para los extranjeros de otro, en cuyo aire pestilente brilló un día, como pompa y molicie, el arte, y que a los músicos prestaba sones que adormecían y enervaban.
¿Para qué la pompa y la vanidad? Desnudo nací, desnudo moriré
El viejo doctor fausto ve a la joven campesina dormida en el camino y ¡adiós sus libros, su conocimiento, su filosofía!
Me encanta que haya agasajo cuando esté viva. Cuando esté muerta, que me dejen en paz
Jamás haría eso de criticar a la televisión de ahora. No es ni mejor ni peor. Es distinta. Hay situaciones del concierto que a veces me desconciertan, pero sé que tiene que ver con el país, con el mundo, con las nuevas sociedades. Hay que saber adaptarse, que no es lo mismo que conformarse.
Cada noche, vuelvo a casa cansado y tengo la energía suficiente para rellenar formularios de impuestos sin fin, para pagar las cuentas, no dejar que mi casa descuidada y escuchar un concierto de radio durante una hora
La vida escribió un amigo mío es un recital público de violín en el cual uno va aprendiendo a tocar el instrumento mientras va interpretando.
Si me distraigo, la Eucaristía me ayuda a recogerme. Si se ofrecen cada día oportunidades para ofender a mi Dios, me armo cada día para el combate con la recepción de la Eucaristía. Si necesito una luz especial y prudencia para desempeñar mis pesadas obligaciones, me acerco a mi Señor y busco Su consejo y luz.
Me han tratado muy bien en Uruguay y la recepción que tuve en Argentina fue maravillosa.
Toda mirada era un festejo de sol, de estar de abismo iluminado.
Luis Juez cumplió 44 años. Lo festejó junto a su hermano mellizo, aunque por las sospechas de fraude, sin demasiado entusiasmo y confesó: Tuvimos que usar un matafuego porque ya no teníamos aire ni para apagar las velitas
¡Ay, con qué frescura, con qué solemnidad y belleza, nace cada nuevo día! Como si dijera al hombre insensato ¡Mira, tienes otra oportunidad! ¡Lucha por conseguir la gloria inmortal!.
El aire de solemnidad que tan fuertemente había caracterizado el conjunto, incluso en los días de su uso, se veía considerablemente aumentado por los bastiones y los muros demolidos a medias y por las tremendas masas de ruinas, diseminadas a su alrededor, silenciosas y cubiertas de hiedra.
Esa marometa que da el chiquillo en el aire expresa en un solo acto toda la alegría y la magnificencia de vivir.
La montaña oscurece y asume la púrpura magnificencia de las hojas en otoño