He visto también la imprescindible complicación amorosa de un tercero; pero no estando mi espíritu apto para la intriga, me imagino este principio de amor un final de film que prolongará en los buenos espíritus la idea de la felicidad.
La extrema complicación es contrario al arte.
Para eso quieren las mesas que llaman de partidos: para cambiar el marco constitucional y que España deje de ser España. Y para eso quieren las sillas en los ayuntamientos vascos: para que ETA-Batasuna, con el disfraz que sea, reciba dinero y respaldo institucional de nuestra democracia y tenga así más fácil su trabajo de destruir España
Soy el amo del firmamento metido en mi disfraz de hombre normal.
Nuestro mundo civilizado no es más que una mascarada donde se encuentran caballeros, curas, soldados, doctores, abogados, sacerdotes, filósofos, pero no son lo que representan, sino solo la mascara, bajo la cual, por regla general, se esconden especuladores de dinero
Me meto en este berenjenal por competencia desleal. Porque la farsa y la mascarada son mi terreno, y la política debería ser el arte de la sensatez.
Era un barco de antigua escuela, más bien pequeño si acaso, todo él con un anticuado aire de patas de garra. curtido y atezado por el clima, entre los ciclones y las calmas de los cuatro océanos...
Una vez escribí una conferencia en la Universidad de Manchester llamada Momentos de descubrimiento en la que decía que hay dos momentos que son importantes. Está el momento en que sabes que puedes encontrar la respuesta y está el período en que estás sin dormir antes de saber lo que es. Cuando ya lo tienes y sabes lo que es, entonces puedes descansar tranquila
Para mí, sobreponerme con todas mis fuerzas ha sido todo en mi arte. Creo que nadie en el mundo tiene la intensidad artística que tengo yo. Pongo todo mi corazón y toda mi alma en la pintura, el resto del tiempo preferiría morirme. Por el momento y mientras respire, estoy luchando sin darme tiempo para descansar porque quiero dejar el mensaje de Yayoi Kusama a las generaciones futuras.
Es el cínico el que bajo la pretensión de decir la verdad en todas partes y en todos los tiempos y a todo hombre de igual manera, el que hace gala de la verdad como de una imagen muerta, de un ídolo. Dándose la aureola de fanático de la verdad, que no puede tener consideración de la debilidad humana, destruye la verdad viva entre los hombres.
Para algunos hombres que hacen gala de ser demócratas, la democracia es una camisa de fuerza
Basta con la supresión de una sola generación. Una generación de lo que sea: escarabajos, árboles, microbios, científicos, francófonos, yo qué sé. Si se rompe el vínculo en el tiempo entre una generación y la siguiente, el juego concluye para siempre.
Al primer signo de juego o de truco en una narración, sea trivial o elaborado, cierro el libro.
Reconozco que no soy un santo, que me gusta la noche y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. Sé que soy un irresponsable y un mal profesional, y puede que esté desaprovechando la oportunidad de mi vida. Lo sé, pero tengo una tontería en el coco: no me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Sólo juego por divertirme.
El trabajo es indispensable para quien desea gozar del reposo, lo mismo que el recreo cotidiano es necesario al obrero para renovar sus fuerzas
Las ciencias y las letras son el alimento de la juventud y el recreo de la vejez; ellas nos dan esplendor en la prosperidad y son un recurso y un consuelo en la desgracia.
Toda mirada era un festejo de sol, de estar de abismo iluminado.
Luis Juez cumplió 44 años. Lo festejó junto a su hermano mellizo, aunque por las sospechas de fraude, sin demasiado entusiasmo y confesó: Tuvimos que usar un matafuego porque ya no teníamos aire ni para apagar las velitas
Siempre estamos pidiendo nuevos libros, pero en ésos que poseemos desde hace mucho tiempo hay inestimables tesoros de ciencia y de entretenimiento que desconocemos porque hemos decidido privarnos de ellos.
Mientras las corridas de toros continúen, se continuará reforzando la idea, según la cual los animales no son más que cosas que podemos utilizar a nuestro gusto, e incluso sacar provecho de su sufrimiento como parte de un espectáculo para el entretenimiento del público.
Soy huérfano. Deambulo por el Dunsboro colonial con los pollos deformes de nacimiento, los ciudadanos drogadictos y los niños de la excursión que creen que este jaleo tiene algo que ver con el pasado real. Uno puede fingir. Uno puede engañarse, pero no se puede recrear lo que ya terminó.