Te siento en el encanto, te siento en la harmonía que tienen las nereidas de lánguida dulzura; bajo la luz plateada, cerca la mar sombría un sueño me pareces de indecible ventura.
¡Música! melancólico alimento para los que vivimos de amor
Talismán del abismo, melancólico y fuerte, imantado de vida, imantado de muerte...A veces me pareces una tumba sin dueño...Y a veces...Una cuna ¡Toda blanca! Tendida de esperanza y de ensueño...
Procura no inquietar tu alma ante el triste espectáculo de la injusticia humana. Sobre esta injusticia verás un día el triunfo definitivo de la justicia de Dios
Para mí dibujar un cómic es ante todo contar una historia. Mejor que sean bonitos, claro, pero esa no es su meta. A mi entender, la meta es la de explicar la historia del modo más claro posible, para que se comprenda; sea emocionante, triste o divertida, ha de tener ante todo, una columna vertebral.
Apaga el gris de tu vida y enciende los colores que llevas adentro
Pero en aquellos días yo iba en busca del amor, y me presenté lleno de curiosidad y de la aprensión -no reconocida por mi parte-, de que, allí, por fin, descubriría esa puerta baja escondida en el muro que otros, lo sabía, habían descubierto antes que yo, que llevaba a un jardín secreto y encantado, en alguna parte oculto, sin que ninguna ventana del corazón de aquella ciudad gris se asomara a él.
Dentro de un milenio nuestra época se recordará como el tiempo en que nos alejamos por primera vez de la Tierra y la contemplamos desde más allá del último de los planetas, como un punto azul pálido casi perdido en un inmenso mar de estrellas
Una de las cosas más extrañas de la vida es que sólo muy de vez en cuando se siente la impresión de que se vivirá para siempre. Esta sensación se tiene en ocasiones como cuando se sale al amanecer y se mira el pálido cielo que empieza a cambiar de color.
¡España! País ardiente y seco como un repiqueteo de castañuelas.
Hay gente en ocasiones que deseas que fuera un libro, para así poder cerrarla con un sonoro y seco golpe de la mano, sin marcar la página, y devolverla luego para siempre al lugar en que por derecho corresponde: los mustios anaqueles de una rancia biblioteca.
¿Por qué se marchitó la flor? Se marchitó la flor porque la abracé junto a mi corazón, por eso se marchitó la flor
¿cómo puedes creer en su hermosura si sabes que aquella humedad sólo está allí a fin de animar al capullo a florecer para que pueda caer, marchito y seco, en otoño?