... y una equivocación es necesariamente progenitora de otra,...
El camuflaje es, por esencia, una realidad que no es la que parece. Su aspecto oculta, en vez de declarar su sustancia. Por eso engaña a la mayor parte de las gentes. Sólo se puede librar de la equivocación que el camuflaje produce quien sepa de antemano, y en general, que el camuflaje existe.
¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?.
La mujer fue el segundo fallo de Dios. La mujer es, por su esencia, serpiente, Eva — esto lo sabe todo sacerdote; de la mujer viene todo infortunio al mundo esto lo sabe asimismo todo sacerdote. Por consiguiente, también la ciencia viene de ella...
Un trasiego de tópicos, de alegre trapicheo con palabras vacías de sentido, de chatarra retórica sin hueso argumental ha acabado por vetar los debates sobre los problemas de los ciudadanos, los de ahora y los que han de llegar. Esa vaguedad no guarda ninguna relación con la inevitable abstracción de los principios, de los ideales.
La ciencia debe siempre explicar la vaguedad y complejidad mediante ideas más claras y más sencillas.
No hay que juzgar siempre de la generalidad de la opinión por el ruido de la aclamación.
Todo lo que es difícil de alcanzar es atacado fácilmente por la generalidad de los hombres.
Ningún testimonio es suficiente para establecer un milagro, salvo que su falsedad fuese más milagrosa que el hecho que se trata de establecer.
Es una falsedad del sistema cristiano considerar a las ciencias como una invención humana: lo único que es humano es su aplicación. Toda ciencia se basa en un sistema de principios tan fijos e inalterables como los que rigen el universo. El hombre no puede establecer principios. Lo único que puede hacer es descubrirlos.