Las personas sufren un grado considerable de privaciones de las comodidades o de las cosas necesarias para la vida, con objeto de poderse permitir lo que se considera como una cantidad decorosa de consumo derrochador.
Interpretación literaria es el nombre que los moralistas dan a su deseo de dominar el sentido público de las obras literarias, es decir, su interpretación personal, gremial y fundamentalista de la literatura, para adecuarla al consumo masivo de lectores sin voz.
Señoras y señores legisladores, mirémonos de nuevo a los ojos, abramos nuestros corazones y hablémonos con la verdad: esta guerra, tan dolorosa para todos los mexicanos, nos la han impuesto nuestros vecinos de Estados Unidos, nos la ha impuesto su hipócrita puritanismo prohibicionista, su adicción masiva al consumo de drogas, su próspera industria armamentista y su gusto por la guerra.
La función del Estado es establecer normas para un consumo sano, opuestas al consumo patológico e indiferente