Mientras el dolor no os abrase las entrañas, mientras un día de hambre y abandono –siquiera un día- no os haya devuelto a la vasta humanidad, no la comprenderéis.
En aquel momento yo estaba tratando que el club se volviera más atractivo para los jugadores, mejorando el servicio que se le daban, para que no tuvieran deseos de irse. Tan equivocado no estaba respecto de la sensación de abandono y de partida, legítima, profesional, humana y entendible, pero presente.
Y no hay posibilidad de escape de la evación continua. De distraernos. De evitar la confrontación. De huir hacia adelante. De cascársela. De la televisión. De la denegación.
... Traté de escribir la película en primera persona, como escribo las canciones de U2. La historia de la película recibió el mismo tratamiento que una canción. Sin embargo, algunas cosas me gusta escribirlas en tercera persona ya que son como un escape de mí mismo.
No se ayuda a la patria con acciones irreflexivas y sin salida
¿Cómo un gobernante puede proponer a su pueblo una consulta que no será vinculante? ¿Esto es un programa político serio? No es un programa político serio. Es la última salida que les queda del fracaso, del callejón sin salida, del bloqueo que han representado cuatro años de plan Ibarretxe.
Sólo le quedaba ir al encuentro del pasado remoto que estaba en su memoria. Si lograba encontrar los restos de la casa junto al río encontraría su presente, dejaría de ser sombra flotando en ciudades sin memoria. ¡Todos habían muerto! Sólo quedaba ella, perdida entre millones de desconocidos.
Si el tiempo es lo más caro, la pérdida de tiempo es el mayor de los derroches.
El rock llegó a mí cuando parecía que no había escapatoria posible y abrió ante mí un mundo de posibilidades.
Ya veía en la vanguardia una escapatoria fácil, una evasión de los problemas reales, la palabra teatro absurdo me irritaba. La vida no era absurda, sino difícil, muy difícil solamente. No había nada que no requiriera unos esfuerzos inmensos, desproporcionados.