La abstención sexual es como un árbol con profundas raíces y que da buenos frutos
En la abstención del yo lo que se ve es lo otro, en el suceso mismo transmutado es la inflexión del ser en el momento del olvido.
No da abundancia la abstinencia al vaso, ni divide la sed como quisiera. Hora que, para ser, otra hora espera, no existe más cuando agotó su paso.
Los pocos poemas que han sido ocasionalmente creados en época de abstinencia no son de gran interés.
La masturbación no mitiga la nocividad de la continencia más que en una muy escasa proporción
Demasiado libertinaje en la juventud seca el corazón, y demasiada continencia atasca el espíritu.
Hasta nuestro propio decoro como pueblo viril nos obliga a someter cuanto antes, por la razón o por la fuerza, a un puñado de salvajes que destruyen nuestra principal riqueza y nos impide ocupar definitivamente en nombre de la ley del progreso y de nuestra propia seguridad los territorios más ricos y fértiles de la República
Los pesimistas dirán que soy muy pequeño para la obra que tengo emprendida; pero mi insignificancia está sobrepujada por la altivez de mi corazón de patriota, y así juro ante la Patria y ante la historia que mi espada defenderá, el decoro nacional y que será redención para los oprimidos
Nuestra integridad vale tan poco... pero es todo lo que tenemos, es el último centímetro que nos queda de nosotros, si salvaguardamos ese centímetro, somos libres
Conforme a los principios de respeto mutuo a la soberanía e integridad territorial, no agresión mutua, no intervención en los asuntos internos del otro, igualdad y beneficio mutuo, los países con diferentes sistemas sociales pueden coexistir pacíficamente. Desde el compromiso de cumplir estos principios, no hay motivo para no poder resolver las disputas internacionales mediante consultas.
Sin consideración, sin piedad, sin recato grandes y altas murallas en torno mío construyeron. Y ahora estoy aquí y me desespero. Otra cosa no pienso: mi espíritu devora este destino; porque afuera muchas cosas tenia yo que hacer.
Es sano mantener limpia la fantasía de los niños, pero esa pureza no se preserva mediante la ignorancia
Yo quería hacer de mi mujer la esposa ideal. Mi ambición era hacerla vivir una vida de pureza total, que aprendiera lo que yo aprendiera y que identificara su vida con la mía. Ignoro si Kasturbai tenía las mismas ambiciones
Sudo me acuerpo miro hacia el vértigo y trato de no mirar. Asciendo, asciendo hacia la flor Y cuando allí está la arranco y la guardo en mi bolsillo como esperanza, luego viene el descenso ¿Quién se merece la flor? ¿Qué hombre la merece?
Vámonos patria a caminar, yo te acompaño. Yo bajaré los abismos que me digas. Yo beberé tus cálices amargos. Yo me quedaré ciego para que tengas ojos. Yo me quedaré sin voz para que tú cantes. Yo he de morir para que tú no mueras, para que emerja tu rostro flameando al horizonte de cada flor que nazca de mis huesos.