No votaba, apenas pagaba algunos impuestos; no podía engreírme ni de los derechos del contribuyente, ni de los del elector, ni siquiera del humilde derecho a la honorabilidad que veinte años de obediencia confieren al empleado. Mi existencia comenzaba a asombrarme seriamente. ¿No sería todo una simple apariencia?
La gran paradoja de la era de la información es que ha concedido nueva respetabilidad a la opinión desinformada. Jhon Lawton, 68 años, reportero veterano, dirigiéndose a la Asociación Americana de Periodistas de Radio.
Tengo la persuasión de que la respetabilidad del gobernante le viene de la ley y de un recto proceder y no de trajes ni de aparatos militares propios sólo para los reyes de teatro.
El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido.
La honestidad es incompatible con amasar una fortuna.
Reinaba entonces en el ejército español un pundonor llevado hasta la más excesiva delicadeza y mi padre exageraba aún este exceso, cosa de que no puedo culparlo, pues el honor es, ciertamente, el alma y la vida de un militar.
Siempre me pareció digno de un hombre honrado sacrificar su reputación a la de su Patria. Si esta máxima no constituye el heroismo, es, por lo menos, el resumen de las virtudes más sublimes del ciudadano.
Cuando uno es generoso, con la intención de recibir algo a cambio o de obtener una buena reputación o de ser aceptado, entonces no esta actuando como un ser iluminado.
A laurel ni a renombre aspiraremos, recompensa sin precio ni mudanza serán para nosotros ignorar el temor, deparar al hombre, y a nuestro corazón, la libertad.
El renombre del rico termina con su vida; se recuerda el tesoro, pero no al atesorador. Muy otra es la gloria de la virtud de los mortales que la de sus tesoros.
La patria es algo más de lo que tú supones; la patria es el poder que se hace respetar por el prestigio de sus honradeces y por la religión de las instituciones no mancilladas; la patria es el conjunto de todos los partidos en el amplio y pleno uso de sus derechos; La patria tiene que ser la dignidad arriba y el regocijo abajo
El Partido goza de inmenso prestigio y autoridad entre las masas, pero el gobierno tiene mucho menos. Esto se debe a que las organizaciones del Partido, eligiendo el camino fácil, arreglan directamente muchos asuntos y pasan por encima de los órganos del Poder.
Sin consideración, sin piedad, sin recato grandes y altas murallas en torno mío construyeron. Y ahora estoy aquí y me desespero. Otra cosa no pienso: mi espíritu devora este destino; porque afuera muchas cosas tenia yo que hacer.
Lo que libera a la metáfora, al símbolo, al emblema de la manía poética, lo que manifiesta la fuerza de la subversión, es el disparate, ese atolondramiento que Fourier supo poner en sus ejemplos, desdeñando todo decoro retórico. El porvenir lógico de la metáfora sería pues el gag.
El lugar del palacio más oculto están los sacerdotes ocupando, y en los altares, con divino culto, está el fuego sagrado humeando, en otra parte el mujeril tumulto la deseada fiesta celebrando, con mayor gravedad y más decoro hace (corona casta) alegre coro.
Nuestro carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos.
Jamás de los jamases sobre nuestro suelo sagrado ha de pisar insolente la planta invasora porque nuestro orgullo lo impide porque las naves del invasor para llegar a la presa de sus designios tendrán que navegar sobre la púrpura encendida de nuestra sangre joven.