¿Dónde está el descanso de los días, la avenida con tomillo, el aroma de verónica que prometiste, la nata y la miel que dijiste que había ganado, la felicidad que procede de las tareas bien hechas, la serenidad que el deber nos concede, las bendiciones de las buenas obras?
Las universidades no deberían temer a enseñar novedades radicales; por el contrario, es su llamado dar la bienvenida a la oportunidad de hacerlo. Su disposición a hacerlo es nuestra principal salvaguarda contra las dictaduras, sean del proletariado, del establishment académico, o de la élite corporativa.
Hay una falsa percepcion de muchos politicos de creer que nuestras sociedades funcionan solo con el autoritarismo, que el desarrollo es el crecimiento económico de una élite y que la democracia es imcompatible con el mercado.
Fue ella quien arrasó con la virginidad de mi generación
Se pierde la virginidad de la fe para adquirir la maternidad de la razón.
La naturaleza de la castidad es como la de los rayos solares, que pasan sobre las inmundicias y quedan puros como antes
Querría flagelar con todas mis fuerzas a los que se ríen de la castidad como de una tontería, a los que se burlan de la virtud como de una debilidad y creen que un libertino tiene más carácter que un monje.
¿Por qué los idiotas más feos del mundo enamoran a las mujeres más bellas que hay? ¡Oh, Condorito! ¡Jamás en mi vida me habían dicho un piropo tan lindo!
Así es el tango, sabés, de ayer y de hoy, requiebro y pena de amor. Si no entendés, escuchá lo que te digo, que los barrios son testigos de que cuento la verdad.
Lo que los hombres llaman galantería y los dioses adulterio, es mucho más común donde el clima es sofocante.
La galantería es una intriga amorosa en la que queremos que el adversario nos aventaje.
Doy la cara al enemigo, la espalda al buen comentario, porque el que acepta un halago empieza a ser dominado; el hombre le hace caricias al caballo pa' montarlo...
Mientras las cosas son realmente esperanzadoras, la esperanza es un nuevo halago vulgar: sólo cuando todo es desesperado la esperanza empieza a ser completamente una fuerza.
Con la llegada de la primavera necesito un libro de poemas de amor. ¡Nada de Keats o Shelley! Envíeme poetas que sepan hablar del amor sin gimotear...
Érase el mejor de los tiempos y el más detestable de los tiempos; la primavera de la y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos y nada poseíamos.
El verdadero progreso democrático no consiste en rebajar la elite al nivel de la plebe, sino en elevar la plebe a la elite
Las universidades no deberían temer a enseñar novedades radicales; por el contrario, es su llamado dar la bienvenida a la oportunidad de hacerlo. Su disposición a hacerlo es nuestra principal salvaguarda contra las dictaduras, sean del proletariado, del establishment académico, o de la élite corporativa.