Soy un efímero y no demasiado descontento ciudadano de una metrópoli creída moderna porque todo gusto conocido ha sido evitado en los mobiliarios y en el exterior de las casas así como en el trazado de la ciudad.
Nuestra historia empieza en una colonia aristocrática de cualquier urbe populosa y moderna: México, Nueva York, París...En todas ellas existen familias ricas que gozan de comodidades y lujos. Sin importarles o ignorando que el mismo cielo ampara también a muchos desheredados de la vida y la fortuna.
Madrid es una urbe donde nadie te da lata con las cuestiones identitarias.
La tarea verdaderamente heroica y difícil fue la de extender a la mayoría de la población capitalina esta comprensión por el arte llamado indígena...
La respuesta a cualquiera que hable de exceso de población es preguntarle si él mismo es parte de ese exceso de población, o si no lo es, cómo sabe que no lo es.
No hay rasgo exterior que distinga a un malvado; puesto que la atrocidad, la cometida en las muchachas o cualquier otra, se encuentra a mano del primero que pase. No se trata de que este mundo esté lleno de inocentes, sino de lo contrario: está poblado por individuos capaces, todos ellos, de lo peor
Realmente, el mundo esta poblado de brujas; unas más benignas, otras más implacables; pero el reino no solo de la fantasía, sino el de la realidad evidente pertenece a las brujas.
Un pueblo oprimido está autorizado, siempre que pueda, a ponerse de pie y romper sus grilletes.
La izquierda salvadoreña tiene su propia identidad y responderá a sus propias circunstancias. Tiene que responder a la demanda, la aspiración y al anhelo de cambio que le ha planteado el pueblo salvadoreño. No tiene por qué alinearse al proceso de la revolución bolivariana que dirige Chávez, ese proceso responde a Venezuela