Cuando uno es joven tiene la tendencia de hacer experimentos sin buscar cosas específicas. Yo establecí un pequeño laboratorio en el desván de la casa para ver crecer cristales y experimentar lo descripto en libros.
Mi escritura es como un retrato de mi conciencia. Escribir es aceptar mi irrealidad, mi muerte, pero también mi realidad, mi única verdadera realidad. Porque no se trata solamente del plumbago de Autlán, de los manzanos de la casa de Tlalpan, o del césped de aquí, recién cortado: también yo me desrealizo y afantasmo con cada palabra que escribo.
Un gato es el símblo del hogar porque el gato no vive con nosotros: la casa es de él y nosotros somos uno más de los objetos que gravitan en torno a su pausada elegancia.
En el mundo hay muchísimas Beth, tímidas y tranquilas, sentadas en rincones hasta que alguien las necesita y que viven para los demás tan alegremente, que nadie se da cuenta de los sacrificios que hacen hasta que el grillo del hogar cesa de chirriar y desaparece el dulce rayo de sol, dejando atrás silencio y sombra.
El buen lenguaje clásico llamaba doméstico a todo hombre que servía. Y era justo. El hábito de la servidumbre trae consigo sentimientos de domesticidad, en los cortesanos lo mismo que en los pueblos.
Seguramente la primera etapa de la cultura humana se basó menos en el empleo del animal doméstico que en los servicios prestados por hombres de raza inferior
Recuerdo que, a la muerte de Pío XII, nos decíamos: ¿quién podría alcanzar sus cotas de sublimidad y trascendencia? Entonces vino Juan XXIII, un anciano regordete y bajito que al sentarse mostraba los pantalones debajo de las vestiduras sagradas. ¡Y ese hombre rústico nos trajo la renovación de la Iglesia!
Escribir una novela es como bordar una tapicería con hilos de muchos colores: es un trabajo artesanal de cuidado y disciplina.
Mi sentimiento es que las naciones no pueden ser realmente una y que sus actividades no podrían llevar al bien común de la humanidad entera, a menos que se reconociera la ley familiar (de amor) en los asuntos nacionales e internacionales. Es decir, en el orden pacífico. Las naciones no pueden llamarse civilizadas sino en la medida que obedezcan a esta ley
En Europa y todos los países llamados civilizados o civilizadores, la familia es un trozo de nación. (...) Un niño normal que se haya desarrollado en una familia normal, será finalmente un hombre normal. No existe desproporción entre la vida familiar y la nacional.
Sólo hasta un cierto grado la propiedad hace al hombre más independiente y libre; pero en un grado más la propiedad se convierte en amo y el propietario en esclavo.
Software propietario significa, fundamentalmente, que usted no controla lo que hace; no puede estudiar el código fuente o modificarlo.
El hombre de hoy usa y abusa de la naturaleza, como si hubiera de ser el último inquilino de este desgraciado planeta, como si detrás de él no se anunciara un futuro
El administrador ayuda a los demás a verse como son. El líder los ayuda a verse mejores de lo que son.
Recuerdo que, a la muerte de Pío XII, nos decíamos: ¿quién podría alcanzar sus cotas de sublimidad y trascendencia? Entonces vino Juan XXIII, un anciano regordete y bajito que al sentarse mostraba los pantalones debajo de las vestiduras sagradas. ¡Y ese hombre rústico nos trajo la renovación de la Iglesia!
Escribir una novela es como bordar una tapicería con hilos de muchos colores: es un trabajo artesanal de cuidado y disciplina.
Mi sentimiento es que las naciones no pueden ser realmente una y que sus actividades no podrían llevar al bien común de la humanidad entera, a menos que se reconociera la ley familiar (de amor) en los asuntos nacionales e internacionales. Es decir, en el orden pacífico. Las naciones no pueden llamarse civilizadas sino en la medida que obedezcan a esta ley
La única porción de fortuna es la felicidad familiar
Software propietario significa, fundamentalmente, que usted no controla lo que hace; no puede estudiar el código fuente o modificarlo.
Al igual que P2Pnet.net, InfoAnarchy.org contiene una impresionante cantidad de información original escrita por el propietario Erik Möller
El administrador ayuda a los demás a verse como son. El líder los ayuda a verse mejores de lo que son.
Lo más importante respecto a cualquier empresa es que los resultados no están en el interior de sus paredes. El resultado de un buen negocio es un cliente satisfecho
Uno presenta un trabajo y te puede dar las gracias y decirte que es muy bueno, pero hay un 80% de posibilidades de que el trabajo acabe en la basura. Prefiero una relación laboral mucho más directa con el cliente para generar espacios reales para necesidades reales.
Cuando uno es joven tiene la tendencia de hacer experimentos sin buscar cosas específicas. Yo establecí un pequeño laboratorio en el desván de la casa para ver crecer cristales y experimentar lo descripto en libros.
Te quiero. Te quiero por tu bravura y tu tenacidad, y tu brío y tu implacable dureza. ¿Cuánto te quiero? Tanto que, hace un momento, hubiera ultrajado la hospitalidad de la casa que nos ha acogido a mi familia y a mí, hubiera olvidado la esposa más buena que jamás pueda tener un hombre...
Esta influencia del hogar y la familia se prolonga en la experiencia de la escuela. En ella, los educandos descubren temprano que, como en el hogar, para conquistar ciertas satisfacciones deben adaptarse a los preceptos que se establecen en forma vertical. Y uno de estos preceptos es el de no pensar.
En el mundo hay muchísimas Beth, tímidas y tranquilas, sentadas en rincones hasta que alguien las necesita y que viven para los demás tan alegremente, que nadie se da cuenta de los sacrificios que hacen hasta que el grillo del hogar cesa de chirriar y desaparece el dulce rayo de sol, dejando atrás silencio y sombra.