Lo enormemente doloroso del trabajo manual es que se está obligado a esforzarse durante largas horas simplemente para existir. El esclavo es aquél al que no se le propone bien alguno cómo objeto de sus fatigas, sino la mera existencia.
Luego todo se convirtió en una sucesion de hechos concretos o de nombres propios o de verbos o de capitulos de un manual de anatomia deshojado como una flor, interrelacionados caoticamente entre si.