Google no es una empresa real. Es un castillo de naipes
En toda lucha no hay correcto ni incorrecto, tampoco bueno ni malo. Todas las distinciones conscientes surgen al mismo tiempo y todas están equivocadas. Construir una fortaleza es un error desde el principio. Incluso si es con la excusa de defender la ciudad, el castillo es el resultado de la personalidad del gobernante.
¡Oh sueño de felicidad! ¿Es esto en verdad La torre del faro que veo? ¿Es ésta la colina? ¿Es ésta la iglesia? ¿Es éste mi propio país, el mío?
A D'Oropel no le hacía falta una torre con diez mil trolls acampados alrededor. Le bastaban un libro de contabilidad y su propio ingenio. Funcionaba mejor, salía más barato y por las noches se podía ir de fiesta.
Entre sí y no, por baches indirectos de parábolas, signos, planetas, hasta lanzándose desde el campanario agarra un garfio, pues el camino del cometa es el camino del poeta.