La vida tiene el color y el sabor que uno quiere. La vida es una gota de rocío cristalina y hermosa o es una tormenta llena de angustia y confusión.
Con frecuencia es típico de esta lluvia caer de forma tan copiosa que resulta opresiva. En algunos momentos llegué a temer ahogarme, por estar el aire tan impregnado de agua. En otros, cuando el viento soplaba la lluvia, ésta era como una tormenta de arena que hace arder la piel y los ojos y a la vez enceguece.
Frágiles desolaciones aspiradas por la muerte, más allá de las torpes persecuciones del tiempo, la tempestad se deleitaba ante su fin tan próximo.
En la tremenda corriente contemplo el último instante de mi vida. La corriente es tan fuerte que lo arrastraría todo, incluso piedras, una catedral, una ciudad. Hay una tempestad que ruge en el interior de las aguas del río. Del viento que se debate
La vida crece cuando una caída temporal es una transición hacia un mayor equilibrio de las energías del organismo con las condiciones en que vive.
Toda autoridad temporal proviene directamente de la autoridad divina o espiritual. Pero la autoridad es la negación de la libertad. Dios, o más bien la ficción de Dios, es la consagración de todas las autoridades que existen sobre la Tierra, y éstas no serán eliminadas hasta que se haya extingido la creencia en un amo celeste.
Pequeña patria, dulce tormenta mía, canto ubicado en mi garganta desde los siglos del maíz rebelde: tengo mil años de llevar tu nombre como un pequeño corazón futuro cuyas alas comienzan a abrirse a la mañana.
Pierde los temores y convierte en mariposas las serpientes, que después de la tormenta calma habrá, no dudes, siempre navegar contra corriente vuelve fuerte, si no pierdes el faro que esta al final, nunca dejes cabos sin atar, nunca dejes guerras sin luchar.
Nunca me enojo conmigo mismo cuando no estoy logrando batear. Sólo me enojo con el bate. Si la mala racha sigue, cambio el bate. Después de todo, si se que no es mi culpa ¿cómo puedo enojarme conmigo mismo?
A veces tenía taquicardia: bacanal del corazón. Pero sólo eso, y le sucedía desde joven. En su primer beso, por ejemplo, el corazón se desgobernó. Y fue una cosa buena, en el límite con lo malo.
El sol brilla sobre los justos y los injustos; pero también la granizada afecta a justos e injustos
Con frecuencia es típico de esta lluvia caer de forma tan copiosa que resulta opresiva. En algunos momentos llegué a temer ahogarme, por estar el aire tan impregnado de agua. En otros, cuando el viento soplaba la lluvia, ésta era como una tormenta de arena que hace arder la piel y los ojos y a la vez enceguece.
En el agua y la lluvia el nenúfar y sus dos flores erguidas.