Una mujer sería encantadora si uno pudiera caer en sus brazos sin caer en sus manos.
La buena gente hace un daño enorme. Y por supuesto, el peor daño es conceder tanta importancia a la maldad. Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es encantadora o aburrida.
Todos solemos utilizar las palabras mal y malvado sin estar dispuestos a definirlas. No son exactamente sinónimos de malo, porque no podemos hablar de una naranja malvada, salvo en lenguaje poético, ni de una interpretación malvada al violín. Desde luego, no son sinónimos de error ni equivocado.
Parte de la razón por la que fui de nuevo hacia atrás, a contar cómo Anakin Skywalker se convirtió en Darth Vader, es que es una historia interesante y divertida para contar. Porque es la historia de cómo una buena persona se vuelve malvada
Tan capaz es nuestro entendimiento para entender las cosas altísimas y clarísimas de la naturaleza, como los ojos de la lechuza para ver el sol.
Llamo a mi esposa: Gala, Galuska, Gradiva; oliva por lo oval de su rostro y el color de su piel; Oliveta, diminutivo de la oliva; y sus delirantes derivados: Oliueta, Oriueta, Buribeta, Buriueteta, Siliueta, Solibubuleta, Oliburibuleta, Ciueta, Liueta. También la llamo Lionette, porque cuando se enfada ruge como el león de la Metro-Goldwyn Mayer.
La confusión del hijo del rey era mayor que la de la princesa, cosa que no ha de sorprender, pues ella había tenido tiempo de pensar en lo que le diría; pues se supone, aunque nada de ello indique historia, que la buena hada le había procurado el placer de agradables sueños durante los cien años que estuvo dormida.
La Cenicienta volvió con la ratonera en la que había tres grandes ratas. La hada escogió una entre las tres, dándole la preferencia por su barba; y habiéndola tocado con la varilla, se transformó en un fornido cochero con gruesos bigotes.