El humor es la gran coraza con la que uno se defiende en este valle de lágrimas
Hasta donde podía ver, el mundo entero desplegaba la misma exuberante riqueza que el valle del Támesis. Desde cada colina a la que yo subía, vi la misma profusión de edificios espléndidos, infinitamente variados de materiales y de estilos.
Una vez vi un ganso en Canadá a quien unos cazadores le habían matado la pareja. Sabes que se aparean para toda la vida. El ganso anduvo en círculos alrededor del estanque durante muchos días después de lo sucedido. Cuando lo vi por última vez nadaba solo en medio del arroz silvestre, siempre buscando. Supongo que la analogía es demasiado obvia para el gusto literario, pero es así como me siento.
El primer ministro canadiense Pierre Trudeau visitó la ciudad siberiana de Norilsk: Trudeau lamentó que Canadá nunca había tenido éxito en construir una ciudad tan grande tan al norte, sin darse cuenta -o sin preocuparse-, de que Norilsk había sido construida por prisioneros.
Sus detractores afirman que es necesario plantar allí las malas hierbas, que no nacen espontáneamente; que importan del Canadá los cardos silvestres, y que tienen que mandar buscar al otro lado del mar un tarugo para tapar una grieta a un barril. Todas éstas y más extravagancias solo muestran una cosa: Nantucket, definitivamente no es Illinois
El primer ministro canadiense Pierre Trudeau visitó la ciudad siberiana de Norilsk: Trudeau lamentó que Canadá nunca había tenido éxito en construir una ciudad tan grande tan al norte, sin darse cuenta -o sin preocuparse-, de que Norilsk había sido construida por prisioneros.