La cultura no puede estar al margen de la ética
En el pasado apenas daba una oportunidad a la gente para que conocieran al verdadero Kobe Bryant, al que juega al baloncesto y al que vive al margen del basket, por eso ahora estoy abriendo un poco las puertas para que la gente me pueda conocer más como persona y que sepan algunas de las cosas que he hecho por mi comunidad
A veces lamento hablar en español: escuchado desde la otra orilla debe ser algo incomparable, lleno de chasquidos y latigazos, terrible carga de caballería de abiertas vocales, por entre un campo erizado de consonantes clavadas como estacas.
Los países no tienen destino. Ninguna vida tiene un destino. En la modernidad la desaparición del término lleva al hombre a ser responsable de lo que le pase, para bien o para mal. La aparición de los sistemas políticos aspira a que esa responsabilidad no se vaya a la orilla de los totalitarismos.
El poder, a pesar de ser uno de los medios más eficaces para hacer practico un programa, no es el fin al que pueda aspirar un partido de principios ni el único resorte que pueda manejar para influir en los destinos del país...Solo los partidos que no tienen más objetivo que el éxito aplauden a benefactores que los acercan al poder a costa de sus propios ideales
Lejos de abatirse el investigador novicio ante las grandes autoridades de la Ciencia, debe saber que su destino, por ley cruel, pero ineludible, es crecer un poco a costa de la reputación de las mismas.
Toda la noche nos la pasamos llorando y bebiendo, y pude decirte borracho las cosas que me bullían del corazón, palabras impresionantes, símiles ingeniosos, porque llorabas por otro tipo y no oías nada de lo que te decía, pero yo me oía a mí mismo, y Arturo Bandini estuvo genial aquella noche, porque hablaba con su amor de verdad, que no eras tú ni vera Rivken tampoco, sino sólo su verdadero amor.
¿Por qué, al hablar del futuro, emplea Karl Marx el presente?, pregunta con aire triunfante nuestro filósofo. Puede usted, muy respetado crítico, mirar en cualquier gramática y verá que el presente se usa en lugar del futuro cuando este futuro es tenido por algo inevitable e indudable.
Pequeña patria mía, dulce tormenta, un litoral de amor elevan mis pupilas y la garganta se me llena de silvestre alegría cuando digo patria, obrero, golondrina.