Las máquinas que se inventaron para servir al hombre en su tarea acabaron por adscribirle a su servicio; no eran ya, como las herramientas, una prolongación de su brazo, pues el hombre se convirtió en su mera prolongación, en un miembro periférico pegadizo y coadyuvante.
La escultura no es una ciencia sino un arte totalmente mecánico, que provoca sudor y fatiga corporal en su realizador... lo cubre de polvo y de escombros y le deja el rostro pastoso y enharinado de polvo de mármol como un molinero. Salpicado de esquirlas, parece cubierto de copos de nieve, y su habitación está sucia y repleta de escombros y del polvo de la piedra