A cada rato uno naufraga en lagunas educacionales. Cuando hay que detener un taxi uno piensa por qué diablos no enseñan a silbar desde el primer grado. O a desgrasar ollas, salir de un ascensor atascado, cambiar un caucho o llenar un formulario.
A cada rato uno naufraga en lagunas educacionales. Cuando hay que detener un taxi uno piensa por qué diablos no enseñan a silbar desde el primer grado. O a desengrasar ollas, salir de un ascensor atascado, cambiar un caucho o llenar un formulario.
En el mundo hay muchísimas Beth, tímidas y tranquilas, sentadas en rincones hasta que alguien las necesita y que viven para los demás tan alegremente, que nadie se da cuenta de los sacrificios que hacen hasta que el grillo del hogar cesa de chirriar y desaparece el dulce rayo de sol, dejando atrás silencio y sombra.
No reducirse a una obra; sólo hay que decir algo que pueda susurrarse al oído de un borracho o de un moribundo.
¡Nuestro deber oscuro es cantar a la paz, a la armonía, al fraternal abrazo de comunión de sueños de los hombres!
Los cerditos no soportan que una mujer que una mujer se ponga a cantar de frente, solita su alma con la guitarra. Pero a mi no me preocupan que sean tan canallas, porque cuando los perros ladran es señal de que cabalgas.