Yo soy jacobino y creo que los estados deben ser fuertes y que la educación debe ser férrea y medieval. Digo que los estados deben ser fuertes, no autoritarios ni totalitarios. Entre los jacobinos no hay nacionalismos posibles, sino un país solidario y a marcar el paso; y el que no quiera ser libre, lo va a ser a garrotazos
Hay gente en ocasiones que deseas que fuera un libro, para así poder cerrarla con un sonoro y seco golpe de la mano, sin marcar la página, y devolverla luego para siempre al lugar en que por derecho corresponde: los mustios anaqueles de una rancia biblioteca.
Así como hay fenómenos que compulsan el desaliento y la desesperanza, no vacilo un instante en señalar que el talante colombiano será capaz de avanzar hacia una sociedad más igualitaria, más justa, más honesta y más próspera
Un concepto de las bellas artes que arranca de su conexión con las cualidades descubiertas en la experiencia ordinaria, podrá indicar los factores y las fuerzas que favorecen la transformación de las actividades humanas comunes con asuntos de valor artístico, y señalar aquellas condiciones que detienen esta transformación.
Por eso, a quien aspire a liderar personas, le digo nuevamente: sea humilde. No se esfuerce por dominarlos; procure en cambio convocas su confianza y respeto.
Hace cincuenta años todas las empresas querían ser innovadoras, pero a menos que fueras una empresa capaz de liderar los cambios bruscos del mercado, era imposible tener una mentalidad innovadora. La innovación exige un acercamiento sistemático, porque es muy impredecible.
Debemos obrar, no para ir contra el destino, sino para ir delante de él.
Para ir delante de los demás, se necesita ver más que ellos.
Nunca quise ser el próximo Bruce Lee. Yo sólo quería ser el primero Jackie Chan.
Un profeta verídico, al predecir una inundación, debería ser el primero de los hombres en subirse a un árbol.
Los del gallinero pueden aplaudir, los de los palcos basta con que hagan sonar sus joyas.
La vida y los sueños son páginas de un mismo libro; leerlo en orden es vivir; ojearlo es soñar