Donde quiera que veáis la moderación sin tristeza, la concordia sin esclavitud, la abundancia sin profusión, decid confiadamente; es un ser venturoso el que aquí manda.
Amigos, el suelo es pobre, hay que sembrar semillas en abundancia para poder obtener cosechas modestas...
Hace dos mil años era un orgullo decir civis romanus sum. Hoy, en el mundo de la libertad, uno puede estar orgulloso de decir Ich bin ein Berliner Todos los hombres son libres, donde quiera que vivan, son ciudadanos de Berlín, y, por ello, como un hombre libre, estoy orgulloso de decir Ich bin ein Berliner!
Con el ceño endurecido desafío fríamente los mil dedos que me señalan, humillando la frente, cual manso buey, sirvo gustoso al niño.
Tengo una inmensidad que tiembla en los océanos
Hallarse en un agujero, en el fondo de un agujero, en una soledad casi total y descubrir que sólo la escritura te salvará. No tener ningún argumento para el libro, ninguna idea de libro es, encontrarse, volver a encontrarse, delante de un libro. Una inmensidad vacía. Un libro posible. Delante de nada. Delante de algo así como una escritura viva y desnuda, como terrible, terrible de superar.
Sin jugar con la fantasía nunca a nacido ningún trabajo creativo. La deuda que tenemos a la obra de la imaginación es incalculable
Mi segunda idea fija es la inutilidad de los hombres por encima de sesenta años de edad y el incalculable beneficio que seria que comerciantes, políticos y profesionales dejaran de trabajar a esa edad.