La narración, en general, establece en la experiencia caótica y confusa que tenemos de la vida la sensación de una linealidad, de una causalidad. Uno podría tomar esa metáfora para decir que la política estatal establece ese tipo de tradiciones de organizar un sistema de causalidades y que también podría encontrarse eso en el discurso periodístico.
Me dijo que de lo que se estaba buscando, no había nada. Nunca he oído un discurso de Fidel tan corto
El mercado está en manos de los poderosos. Dicen que el mercado es la libertad, pero a mí me gustaría saber qué libertad tiene en el mercado quien va sin un céntimo. Cuando se habla de la libertad hay que preguntarse: ¿La libertad de quién?
En esta campaña electoral no se habla de problemas reales: no oigo hablar del socialismo, los trabajadores. La campaña va a ir por: Tú más que yo, yo más que tú y ya verás, El del bigote, Yo soy mejor líder que el otro porque lo dice mi madre
Asesino alevoso, ingrato a Dios y enemigo de los hombres, es el que, so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas, les eneseña un cúmulo aislado y absoluto de doctrinas, y les predica al oído, antes que la dulce plática de amor, el evangelio bárbaro del odio.
Siempre la brevedad es una cosa / con gran razón de todos alabada, / y vemos que una plática es gustosa / cuanto más breve y menos afectada.
El placer que los hombres pueden proporcionar en la conversación no guarda una proporción fija con sus conocimientos o su virtud.
Toda la vida es una conversación que dura bien poco, lo que dura el tiempo de un hombre.
La vida es como un cuento relatado por un idiota; un cuento lleno de palabrería y frenesí, que no tiene ningún sentido.
Mientras nos mudamos de una cuna a un ataúd... ¡Cuánta palabrería inútil!
Debo enfatizar que mi ensayo no está basado en investigación académica sino sólo en la observación Desde un punto de vista académico, podría sólo parecer habladuría vacía. Pero para los estudiosos occidentales de la Unión Soviética, en cualquier punto, esta discusión debería tener el mismo interés que un pez tendría para un ictiólogo si aquél súbitamente comenzase a hablar.
Escribir literatura es un acto íntimo, sin exigencias ajenas. Trabajar un guión es más angustiante: uno ya está metido en un proceso pautado, con plazos y mucha gente.
En literatura no hay buenos ni malos temas, hay solamente un buen o mal tratamiento del tema.
Sólo tras haber desarrollado la perorata emocional que culmina con la palabra asombroso, por fin la fuerza de mis sentimientos había dejado de asombrarme lo suficiente para poder conciliar el sueño durante un par de horas...O algo parecido al sueño, pues, incluso semiinconsciente, me había convertido en una biografía en movimiento perpetuo, en memoria hasta el tuétano.
No hay nada más natural que el considerar todo como a partir de uno mismo, elegido como el centro del mundo, uno se encuentra por lo tanto, capaz de condenar el mundo sin siquiera querer oír su cháchara engañosa.
Si soy la lengua sucia tu eres la palabra debil, si soy la causa de tu rabia en esta labia fértil