La verdadera elocuencia consiste en no decir más de lo que es preciso.
No hay nada más espantoso que la elocuencia de un hombre que no dice la verdad.
Saber escuchar es el mejor remedio contra la soledad, la locuacidad y la laringitis.
El silencio es el signo de la sabiduría y la locuacidad es señal de la estupidez
La envidia que parla y que grita es siempre inhábil; se debe temer bastante en cambio la que calla.
El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta 'el modo imperativo'.
Enfurézcase quien quiera, con tal de que yo no sea hallado culpable de haber guardado un impío silencio; pues soy plenamente consciente de ser un deudor de la palabra divina, por grande que sea mi indignidad. Nunca se ha podido discutir en serio el verbo divino sin ocasionar peligro y derramamiento de sangre
Estas palabras son mías, de la afluencia de mi corazón: Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero.
Cruzarse con una mujer en la calle, mirarla, decirle una palabra y no olvidarla más, ¿qué milagro es éste? ¿Por qué esta mujer y no aquélla? Invocad la razón, el hábito, los sentidos, la cabeza, el corazón y explicadlo si podéis. No encontraréis más que dos cuerpos, uno aquí y otro allá, y entre ellos, ¿qué? El aire, el espacio, la inmensidad.
Frecuentemente me piden que sea mentor de alguien. Una de las cosas en común que he notado es cuán pocas de esas solicitudes vienen con una de las palabra más importantes en los negocios. Y esa palabra es intercambio. En otras palabra, si usted pide algo, ¿Qué es lo que usted está dispuesto a dar?
Catire quita pesares contesteme esta pregunta cual es el gallo que siempre lleva ventaja en la lucha y aunque le den en el pico tiene picada segura.
Quiero dominar el mundo. Cada vez que alcanzo la cima de un pico descubro otro al que quiero subir. Es como si no pudiera parar. Quizás debería descansar y admirar el paisaje, pero no puedo. Tengo que seguir. ¿Por qué? No lo sé
Desde hace muchos años estoy convencido de que el espíritu europeo está en declive y necesita volver a sus fuentes asiáticas. Durante años he honrado a Buda y he leído literatura india desde mi más temprana juventud. Después me acerqué a Lao Tse y a los demás chinos. El viaje a India fue tan sólo un pequeño complemento e ilustración de estas ideas y estudios.
La ignorancia, que en moral atenúa la falta, es en literatura una falta capital.