Si soy la lengua sucia tu eres la palabra debil, si soy la causa de tu rabia en esta labia fértil
Saber escuchar es el mejor remedio contra la soledad, la locuacidad y la laringitis.
El silencio es el signo de la sabiduría y la locuacidad es señal de la estupidez
Estas palabras son mías, de la afluencia de mi corazón: Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero.