Hablar de sueños es como hablar de películas, ya que el cine utiliza el lenguaje de los sueños: años pueden pasar en segundos y se puede saltar en un lugar a otro.
¿Qué hay en tu corazón? Me preguntó la vida. Era una pregunta tan brusca, buscaba tan poca excusa, que quise responder: ¡Nada! Pero el tiempo me dijo: ¡Mentiroso, ese lugar que en ti han ocupado las mujeres sólo en el infierno permanece vacío!
Para mi internet es un arma, no un sitio donde vacilar de mis jodidas fiestas
El problema está en saber el sitio que esos hombres piensan reservar a su pueblo, el tipo de relaciones sociales que decidan instaurar, la concepción que tienen del futuro de la humanidad. Eso es lo que cuenta. Todo lo demás es literatura y mixtificación.
El erotismo es como el baile: una parte de la pareja siempre se encarga de manejar a la otra.
El miedo a la pérdida de identidad era descomunal. Tal vez eso había nacido con el asunto de Clapton es Dios, que había hecho que basara buena parte de mi autoestima en mi carrera. Cuando tuve que pasar a centrarme en mi bienestar como ser humano, y en la consciencia de que era un alcohólico que sufría la misma enfermedad que todos los demás, sufrí un colapso.
Al preservar un edificio muchas veces se cae en la falsificación. ¿Hasta qué punto alguien intenta reinterpretar una obra antigua y no da una imagen falsa de esa historia?
Sé perfectamente que apenas se discute en este libro un solo punto acerca del cual no pueden aducirse hechos que con frecuencia llevan, al parecer, a conclusiones diametralmente opuestas a aquellas a las que yo he llegado
La cuestión es que el sexo no fue la parte de la pornografía que enganchó al niño estúpido. Fue la confianza. El valor. La falta total de verguenza. la comodidad y la sinceridad genuina. La franqueza que permitía a alguien ser capaz de salir allí y contarle al mundo: Sí, así es como yo decido pasar una tarde libre. Posando aquí con un mono metiéndome cacahuetes por el culo.
Me basta reflexionar en la maravillosa estructura del universo, la cual podemos percibir muy vagamente, y tratar de comprender humildemente tan solo una parte infinitesimal de la inteligencia manifiesta en la naturaleza
El amor es como una ruleta rusa para mí. Nadie me ve tal como soy. Todos se enamoran de mi fama y mi estrellato...Tengo esa coraza de macho, la que proyecto cuando estoy en escena, pero hay un lado mucho más blando por dentro.
La miseria, al lado de la sobreproducción, da la medida del atraso de la ciencia económica.