¿A qui li escau més que a l'artista, la defensa de la llibertat tan essencial per la seva tasca creadora? (¿A quién le cabe más que al artista, la defensa de la libertad tan esencial para su labor creadora?)1
La violencia engendra violencia. Los actos de violencia cometidos en la justicia, en la afirmación de derechos o en defensa de la paz no acabar con la violencia. Ellos preparan y justifican su continuación.
La prohibición de las corridas de toros y la protección de los correbous es un ejemplo claro de la idiosincrasia política catalana. Los correbous son gratis, y los toros, no.
En algunas regiones, los conflictos internos y regionales han desmantelado estados que ahora son incapaces de asegurar de manera eficaz la protección de sus ciudadanos. En otros lugares, la seguridad humana se ve amenazada por los gobiernos que se niegan a actuar a favor del interés común, persiguen a sus opositores y castigan a los miembros inocentes que pertenecen a grupos minoritarios
La vulgaridad es el blasón nobiliario de los hombres ensoberbecidos de su mediocridad.
No es el poder lo que salva sino el amor. Éste es el distintivo de Dios: él mismo es amor. El mundo es redimido por la paciencia de Dios; Y destruido por la impaciencia de los hombres.
Lo distintivo del pensar metafísico -que busca el fundamento del ente- es que, partiendo de lo presente, lo representa en su presencialidad y lo muestra, desde su fundamento, como fundado
El amor de las mujeres por los hombres no es un muro a cuyo amparo ellos se puedan refugiar; es un obstáculo que se ha de franquear para vivir.
Hacer de la política, no el arte de retener el gobierno, ni de dar a las naciones brillo pasajero, sino de estudiar sus necesidades reales, favorecer sus instintos, y tratar del aumento y amparo de sus haberes.
El problema de la defensa es qué tan lejos puede ir sin destruir desde dentro de lo que usted está tratando de defender desde fuera.
Teníamos una actitud monacal de defensa del teatro independiente, que me llevó a decirle que no a muchas propuestas gordas, interesantes. En esa época estábamos trabajando todos ad honórem, y más de una vez tuve que rechazar un sueldo
Y aunque aceptar la protección de los poderosos a menudo significa también atraerse conflictos, ella jamás cometía el menor desliz de esa clase, pues no permitía que nadie a su servicio hiciera nada que pudiera disgustar a otros.
¿Qué confianza puede tenerse ni qué protección encontrarse en leyes que dan lugar a trampas y enredos interminables, que arruinan a los pleiteantes, engordan a los curiales y facilitan a los Gobiernos el cargar impuestos y derechos sobre las disensiones y pleitos eternos de sus súbditos?
El primer signo distintivo de ese arte es lo ilimitado, lo superlativo del mismo; un deseo de superación y un impulso hacia la inmensidad, que es adonde quiere llegar el demonio, porque allí está su elemento, el mundo de donde salió.
No es el poder lo que salva sino el amor. Éste es el distintivo de Dios: él mismo es amor. El mundo es redimido por la paciencia de Dios; Y destruido por la impaciencia de los hombres.
Si hubiéramos de proponer una divisa para nuestra política económica lanzaríamos la siguiente, que nos parece resumir dramáticamente esa necesidad de invertir la riqueza producida por el sistema destructivo de la mina, en crear riqueza agrícola, reproductiva y progresiva: sembrar el petróleo.
Hoy el rocío borrará la divisa de mi sombrero.