Soy un perro atónito dispuesto a morder a cualquier facha hijoputa que nos quiera joder
Mi corazón latía atónito y disperso...¡El limonar florido, el cipresal del huerto, el prado verde, el sol, el agua, el iris! ¡el agua en tus cabellos!... Y todo en la memoria se perdía como una pompa de jabón al viento
¿Qué es entonces un crítico y que aspecto manifiesta? ¡Ay amigos, la respuesta boquiabierto me dejó! Porque, lo crean o no, los críticos son solo eso: personas de carne y hueso como usted y como yo.
Y yo respiro, y ando, y caigo, y giro y vuelvo a ver los árboles sedientos y los pájaros disparados en la embriaguez de la música del viento y estoy inmóvil y absorto y maravillado de un día más en el pecho ardiendo.
Creía haber visto una vez un elfo en los bosques y todavía esperaba que algún día vería más. De todas las leyendas que había oído en sus primeros años, algunos fragmentos de cuentos y relatos recordados a medias que contaban los hobbits sobre los Elfos siempre lo habían impresionado profundamente.
Lo que más me ha impresionado de este siglo XX que finaliza es la estupidez y brutalidad humanas
Pienso que una obra de arte debería dejar perplejo al espectador, hacerle meditar sobre el sentido de la vida.
Nada tiene tiempo de hundirse, todo es arrastrado por la tempestad profunda y vertiginosa de la corriente interior, todo queda en suspenso en la superficie de la fuerza del río
Amar es prolongar el breve instante de angustia, de ansiedad y de tormento en que, mientras espero, te presiento en la sombra suspenso y delirante.
Dulce y triste, como un amor sobrecogido por largos suspiros de lo profundo de un sauce poco a poco va saliendo la luna.
Antes de que los portugueses descubrieran Brasil, el Brasil ya había descubierto la felicidad.
Entre casados de honor, / cuando hay pleito descubierto / más vale el peor concierto / que no el divorcio mejor.
Al plantearme semejantes expectativas de futuro, me sentí como un náufrago a la deriva que divisa una isla a lo lejos. Una isla montañosa aún oculta por las nubes. No estaba seguro de si sería capaz de alcanzarla o no y, en caso de que así fuera, no estaba seguro de si eso me aportaría alguna satisfacción. La vida me resultaba agradable, incluso atrapado en aquella pobreza.
Rocannon sabía que aquel hombre habría dado la mitad de sus gentes y de sus esposas por librarse de su huésped extraterreno, pero que estaba atrapado en su propia crueldad: el carcelero era prisionero del prisionero.
El hombre, abrumado constantemente por las cargas de la familia, pierde hasta la libertad de ser honrado y el derecho de ser feliz.
Me vi abrumado de felicitaciones, bendiciones y abrazos. Yo lo recibí todo con manos temblorosas, labios fríos, cerebro vacilante y un corazón que se me había vuelto de piedra. Todo desfilaba ante mí como un sueño. Observaba aquel desfile sin pensar siquiera en quién iba a ser la víctima.