El pensamiento se traduce tan escasamente como la poesía. Como mucho puede transcribirse. En cuanto se hace una traducción literal, todo resulta alterado
Lo que Dios ha creado, el hombre no debería cambiarlo con estructuras faraónicas. En el problema del agua hay que respetar una España húmeda y otra seca. Este elemento no debe ser alterado sustancialmente por el hombre (...).
Lo que más me ha impresionado de este siglo XX que finaliza es la estupidez y brutalidad humanas
Creía haber visto una vez un elfo en los bosques y todavía esperaba que algún día vería más. De todas las leyendas que había oído en sus primeros años, algunos fragmentos de cuentos y relatos recordados a medias que contaban los hobbits sobre los Elfos siempre lo habían impresionado profundamente.
Transmitan mis saludos a su presidente. ¡Vaya machote! ¡Violar a una decena de mujeres! No lo esperaba de él. Nos ha sorprendido a todos. Todos le tenemos envidia
Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que no ha habido día
Cada vez se volvía más nervioso e intranquilo, porque ocurría una cosa curiosa: de todo el tiempo que ahorraba, no le quedaba nunca nada. Desaparecía de modo misterioso y ya no estaba.
La cibernética procura hallar los elementos comunes al funcionamiento de las máquinas automáticas y al sistema nervioso del hombre, y desarrollar una teoría que abarque todo el campo del control y de la comunicación en las máquinas y en los organismos vivientes.
Me traes extrañas historias, Annette -dijo Emily-; esta misma mañana me has atemorizado con las aprensiones del asesinato; y ahora ¡Tratas de persuadirme de que has visto un fantasma! Esas historias fantasiosas surgen demasiado deprisa.
Todo lo que el hombre hace a los animales, regresa de nuevo a él. Quien corta con un cuchillo la garganta de un buey y permanece sordo ante los bramidos de temor, quien es capaz de matar impávido a un atemorizado cabrito, y se come el pájaro, al que él mismo ha alimentado, ¿cuán lejos está del crimen un hombre así?
Estoy comenzando a sentirme sumamente intranquilo al ver que se pide que los deportes sirvan para promover la política, el militarismo y el patriotismo extravagante
Sentía que se había producido en mi un gran cambio: mi emoción era mucho menos triste que el abatimiento en que estaba sumido hacía mucho tiempo. La tristeza de la separación se mezclaba con vagas pero dulces esperanzas, con la espera impaciente del peligro y con el sentimiento de una noble ambición. La noche se me hizo corta.
El viento tiritaba impaciente en los árboles oscuros, y en algún lugar de la lejanía, detrás del horizonte, murmuraba en voz baja, enfadado, el trueno.