No hay testigo tan terrible ni acusador tan potente como la conciencia que mora en el seno de cada hombre.
Se prohíbe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade la traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.
Cada cañón que se fabrica, cada buque de guerra que se bota, cada cohete que se lanza significa, a fin de cuentas, que se está robando a los que tienen hambre y no están siendo alimentados Este mundo armado no solo está gastando dinero. Está gastando... las esperanzas de los niños
A diferencia de lo bien definido, un juego preciso como la ruleta rusa, donde los riesgos son visibles para cualquier persona capaz de multiplicar y dividir por seis, no se observa el cañón de la realidad