Para mí, escribir significa hacer un borrador tosco y pulirlo a lo largo de un período de tiempo considerable.
Tal vez acá y allá, algún tosco piloto cargado de años, metido en su rincón y del que nadie se preocupa, pueda hacer en secreto unos sondeos con una cuerda vieja y una plomada, y murmurar palabras de aviso que el capitán y los marineros no escuchen por estar demasiado ocupados.
Curiosidad: Impulso humano que oscila entre lo grosero y lo sublime. Lleva a escuchar detrás de las puertas o a descubrir América.
La política en una obra literaria es algo así como un tiro de pistola en medio de un concierto, algo grosero y a lo que no podemos, sin embargo, dejar de prestar atención.
¡Todo el mar no bastó para dejar sin huella el breve trigo que dejó tu beso!
Una tumba basta para aquél a quien no bastó el mundo.
El arte necesita o soledad o miseria o pasión. Es una flor de roca que necesita del viento áspero y del terreno duro.
Mariposa ebria, la tarde, giraba sobre nuestras cabezas estrechando sus círculos de nubes blancas hacia el vértice áspero de tu boca que se abría frente al mar alineando sus blancos lobeznos.
Recuerdo que, a la muerte de Pío XII, nos decíamos: ¿quién podría alcanzar sus cotas de sublimidad y trascendencia? Entonces vino Juan XXIII, un anciano regordete y bajito que al sentarse mostraba los pantalones debajo de las vestiduras sagradas. ¡Y ese hombre rústico nos trajo la renovación de la Iglesia!
Nunca el honor se perdió mientras duró el secreto
Es muy duro el hecho de no poder llevar una vida normal. Y eso es algo que solamente pueden entender aquellos de entre nosotros que lo han experimentando
Sería una torpe Iglesia del silencio la que callase por miedo a perder el último resto de sus antiguos privilegios, si callase por cobardía y falsa prudencia. Por fidelidad a Cristo, la Iglesia no puede callar. Una religión que no tenga la valentía de hablar a favor del hombre, tampoco tiene derecho a hablar a favor de Dios
Respóndate retórico el silencio; cuando tan torpe la razón se halla, mejor habla, señor, quien mejor calla.
¿Por qué, vuelvo a preguntar, esa misericordia tan grande conmigo, más miserable que todos, mientras que, sin dejar de ser misericordioso, has negado tu conocimiento por tantos siglos a los pobres infieles?
La vida no ha sido buena conmigo. Me ha dado fama, riqueza y todo lo que se quiera, pero por lo demás me lo ha negado todo. La mujer que había y hay en Ava Gardner siempre ha sido maltratada y ha sufrido decepciones. A pesar de todo soy una mujer que se esfuerza en vivir y amar la vida.
El descortés es como un leproso del mundo distinguido
Me gustaría disculparme, retractarme y fustigarme a mí mismo públicamente hasta obtener el perdón de las personas a las que de manera involuntaria hubiese o hubiera podido ofender a través de mi personaje Torrente, un ser despreciable, mezquino, mal cristiano, mala persona, guarro, zafio y grasiento, con el que, insisto, una vez más, no comparto ninguna de sus opiniones o visiones del mundo.
Amo a este pueblo áspero (se refiere a los árabes nómadas), persistente, vivo, último ejemplo de las sociedades primitivas y que, al hacer alto a mediodía, tumbado a la sombra bajo el vientre de sus camellas, se burla, mientras fuma su chibuquí, de esa valiente civilización nuestra que tiembla de ira.
El arte necesita o soledad, o miseria, o pasión. Es una flor de roca, que requiere el viento áspero y el terreno duro.
Ahora conozco a Amor, dios terrible, de leona fue el pecho que mamó y en agreste bosque lo crió su madre. Él me quema poco a poco y me hiere hasta la médula de los huesos.
Voy a tomar un baño antes de salir y me perfumaré con un perfume que es un secreto mío. Sólo digo una cosa de él: es agreste y un poco áspero, con una dulzura escondida. Él es.
La civilización es precisamente el esfuerzo por ir más allá de la propia cultura, lo que hace sentir curiosidad e interés por otras. A quien se encierra en los usos que conoce, los considera sin disputa preferibles a todos los restantes y muestra antagonismo cerril hacia las formas de comportamiento humano que no comparte, siempre se le ha llamado bárbaro, nunca civilizado.
Recuerdo que, a la muerte de Pío XII, nos decíamos: ¿quién podría alcanzar sus cotas de sublimidad y trascendencia? Entonces vino Juan XXIII, un anciano regordete y bajito que al sentarse mostraba los pantalones debajo de las vestiduras sagradas. ¡Y ese hombre rústico nos trajo la renovación de la Iglesia!
Mi esperanza es que la democratización del intercambio de conocimiento a través de la eficiencia en costos de internet más la criptografía, continuará y terminará con un registro histórico global que sea riguroso e indeleble. Y esto permitirá formas inmediatas de justicia que antes no estaban a disposición de la gente.
A quien las buenas obras no aprovechan y las tiernas palabras no mueven, las malas le domen con duro y riguroso castigo.
Mi hogar es cualquier lugar donde esté con los míos, un lugar tranquilo, un lugar no violento
Cada vez está más triste y más violento el corazón de Canek. Antes hablaba y decía su pensamiento. Ahora casi ha enmudecido; aprieta los puños y se va solo por los caminos de espinas, de piedra y de sol. Le acompaña su sombra. En los ojos de Canek se ha encendido la sangre de los indios. La sombra de Canek es roja.
Y he de aprender aún a acercarme a ti con mayor modestia; demasiado impetuoso va aún hacia ti mi corazón.
Estos minutos fueron el comienzo de un estado de ensueño muy extraño y ferviente, de un sentimiento tan impetuoso y exaltado que apenas le corresponde el término grave y noble de amor. Era ese amor, de fidelidad canina y desprovista de deseos, que los seres humanos generalmente no experimentan en la flor de su vida, que sólo sienten las personas muy jóvenes o muy ancianas.
Es un hecho demostrado en todo el mundo que el aumento brusco del precio de los alimentos genera malestar político e inestabilidad social en las ciudades.
Había trabajado duro para conseguir aquel din... bueno, los bancos y los mercaderes habían trabajado du... bueno, en alguna parte de la cadena alguien había trabajado duro para obtener aquel dinero, y ahora un tercio del mismo acababa de ser... bueno, robado, no había otra manera de describirlo.
Yo tenía un par de años más que ella, pero nos enamoramos, en el cuarenta y seis nos casamos y en el setenta y tres la perdí. Eso duró mi historia sentimental
Y así brota en el alma la rebelión de un sueño que es como un perro arisco que le gruñe a su dueño.
Otra con ella montaraz zagala juntaba el cristal líquido al humano por el arcaduz bello de una mano que al uno menosprecia, al otro iguala.
¿Sabes como pienso en mí mismo? Como un ser humano. Porque, quiero decir que no quiero ser como lo que Confucio dice, pero bajo el cielo, bajo el cielo no hay sino una familia. Lo que pasa es que las personas son diferentes
Si otro tomaba la palabra, parecía, por contraste, torpe y grosero; y si contradecía a la voz, los corazones de los que caían bajo el hechizo se encendían de cólera.
La plegaria es la primera y la última lección para aprender el noble y bravío arte de sacrificar el ser en los variados senderos de la vida.
Todo está bien, ya soy un poco dios en esta soledad, con este orgullo que ha tendido a las horas una ballesta de palabra.
Se murió mi amigo bronco
...los hombres saben mejor que las mujeres, saben recio como cochino salado, como jamón, da gusto comer un buen macho, las mujeres saben dulce como quien come flores y te dejan él estomago flojo como si no hubieses comido.
Y cuando sonríe incluso me parece que este cochino mundo tiene algo de futuro
No importa lo bueno que soy, sigo siendo sólo un paleto de French Lick.
El que grita estando colérico es tan patán como el que ríe a carcajadas
Por mucho que se enmascare con un esteticismo hortera o con un flato poético, una corrida de toros en directo o en diferido es el espectáculo basura por excelencia, aunque lo presida el Rey de España y le guste a algún chino.
Adoro España, es un país salvaje y genuino, y sus colores son estupendos y se adaptan muy bien a mi temperamento, un poco dramático y sanguíneo.
Fue pues en esta ocasión cuando yo, por nacimiento casi un salvaje y por condición menor que un pobre, me inicié en esta ciencia que me abrió el camino a mayores empresas.
La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.
Lee Mellon me contó con bastante tristeza que después de descubrir que se le habían caído los dientes del bolsillo de la camisa, tardó casi una hora en encontrarlos, y que cuando los encontró, no valía la pena haberlos encontrado.
Me senté, mirando aquel paisaje rico en bosques, refulgente con la luz majestuosa y melancólica que a cada momento disminuía más. Los rincones de la habitación se encontraban ya en sombras. Todo oscurecía y la lobreguez insensiblemente afinaba mi mente, de por sí preparada para lo siniestro. Esperaba a solas su llegada, que no tardó en ocurrir.
Eres un clavel en el invierno que aunque el frío te aceche seguirás firme en este crudo y despiadado terreno y estarás ahí sin herirme con tan hermoso diseño.
Lo pasaba muy bien cuando consumía drogas, pero al mismo tiempo sufría grandes depresiones. Las drogas pueden ser muy divertidas, pero te hacen ver el lado más terrible y crudo del ser humano; y por suerte hoy son cosa del pasado.
Todo está bien, ya soy un poco dios en esta soledad, con este orgullo que ha tendido a las horas una ballesta de palabra.