Soy el culpable de haber malcriado al vestuario
Quisiera hacer un libro que altere a los hombres, que sea como una puerta abierta que los lleve a un lugar al que nadie hubiera consentido en ir, una puerta simplemente ligada con la realidad.
No sé cuánto tiempo voy a estar en México, porque yo voy a donde el destino me lleve, pero aquí me han consentido bastante y además para mi fue un honor actuar al lado de Verónica Castro, quien me dio varios consejos que, estoy segura, me ayudarán a ser una mejor artista
El descortés es como un leproso del mundo distinguido
En un rincón una pareja se entretenía en las preliminares de un juego sexual. Shevek miró para otro lado, con repugnancia. ¿Hasta en el sexo eran egoístas? Acariciarse y copular en presencia de gente sin pareja era tan grosero como comer en presencia de un hambriento.
La belleza es una gran recomendación en el comercio humano, y no hay nadie que sea tan bárbaro o tan grosero que no se sienta herido por su dulzura.
Un hombre noble compara y estima a sí mismo por una idea que es superior a él, y un hombre malo, por uno menor que él. La produce una aspiración, y el otro ambición, que es la forma en la que un hombre vulgar aspira
Cualquier concesión a los antievolucionistas, sugiriendo que hay razones científicas para dudar del hecho de la evolución, sería propagar una vulgar falsedad.
Tal vez acá y allá, algún tosco piloto cargado de años, metido en su rincón y del que nadie se preocupa, pueda hacer en secreto unos sondeos con una cuerda vieja y una plomada, y murmurar palabras de aviso que el capitán y los marineros no escuchen por estar demasiado ocupados.
Si el hombre no debe ahogar sus sentimientos, tendrá entonces que practicar la amabilidad hacia los animales, ya que aquel que es cruel con los animales se vuelve tosco en su trato con los hombres. Se puede juzgar el corazón de un hombre por su trato a los animales
El que grita estando colérico es tan patán como el que ríe a carcajadas
Me gustaría disculparme, retractarme y fustigarme a mí mismo públicamente hasta obtener el perdón de las personas a las que de manera involuntaria hubiese o hubiera podido ofender a través de mi personaje Torrente, un ser despreciable, mezquino, mal cristiano, mala persona, guarro, zafio y grasiento, con el que, insisto, una vez más, no comparto ninguna de sus opiniones o visiones del mundo.
La plegaria es la primera y la última lección para aprender el noble y bravío arte de sacrificar el ser en los variados senderos de la vida.
Soy una amalgama de ingeniería social, por así decirlo, si me percibo separado de todo el resto esto es lo incorrecto
Yo no me muerdo la lengua, no me puedo quedar callado ante lo que me parece incorrecto (....) Para algunos eso es bueno y para otros no
El miedo es el más ignorante, el más injurioso y el más cruel de los consejeros.