El objetivo de una buena introducción definitiva es que el lector se contente con ella, lo entienda todo y no lea el resto.
Una de las primeras cosas que se han de hacer para empezar a trabajar con una tesis es escribir el título, la introducción y el índice final; esto es, precisamente las cosas que todos los autores hacen al final.
Es suficiente haber sido creado, haber encarnado un instante el espíritu infinito, tumultuosamente creador. Es infinitamente más que suficiente haber sido utilizado, haber sido un esbozo preliminar para una creación más perfecta.
En otros términos, la coalición democrática de obreros y campesinos sólo podia considerarse una forma preliminar del ascenso al Poder, una tendencia, pero no un hecho.
El primer preámbulo es la historia.
El prefacio es la parte más importante del libro. Hasta los críticos suelen leer un prefacio
...Otros los repetiran ¿Y qué quedará de todos mis decires? (...) acaso sean como la abeja fosilizada en el ámbar, de ella podemos tener la imagen pero nunca sabremos de su vuelo (Del prefacio escrito por Lacan en el libro Lacan de Anika Rifflet-Lemaire).
Aun un espacio concebido para permanecer a oscuras debe tener la luz suficiente proveniente de alguna misteriosa abertura que nos muestre cuán oscuro es en realidad.
Tan pronto como te ocupas del bien y el mal de tus semejantes, creas una abertura en tu corazón por la que entra la malicia. Examinar, competir y criticar a otros te debilita y te derrota.
Antes de cualquier tarea, de una presentación de ventas, un encuentro difícil o del desafío cotidiano de alcanzar una meta, véala con claridad y vividez, de modo inexorable, una y otra vez. Cree una zona cómoda interior. Después, cuando entre en la situación, no le resultará extraña. No le provocará temor.
Podríamos ser inducidos a cuestionarnos si los científicos actuaron con prudencia en la presentación a los estadistas del mundo de este problema. En realidad no había otra opción. Una vez que se adquiere un conocimiento básico, cualquier intento de impedir su realización sería tan inútil como la esperanza de detener la Tierra en su movimiento alrededor del Sol.
Estoy de rodillas y con las manos apoyadas en el suelo en la entrada del despacho del señor Grey, y unas manos amables me rodean para ayudarme a levantarme. Estoy muerta de vergüenza, ¡Qué torpe! Tengo que armarme de valor para alzar la vista. Madre mía, qué joven es.
Tengo yo la entrada de tus recuerdos, quietos, encerrados en mis caricias: forma de tu vida