Los falsificadores de moneda suelen ser vilipendiados, y con razón. Una de las razones por las que el oro y la plata vienen bien como dinero es la de que son fácilmente reconocibles y que son especialmente difíciles de imitar por los falsificadores.
El Banco de Córdoba es un holograma. Para lo único que está es para prestarle plata a Nalbandián y que firme pelotitas de tenis.