A los hombres se les puede dividir en dos categorías: los que hablan para decir algo, y los que dicen algo por hablar.
La buena gente hace un daño enorme. Y por supuesto, el peor daño es conceder tanta importancia a la maldad. Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es encantadora o aburrida.
Enséñame a comer en otras manos, a no escribir poemas con tu huella, a apagar toda luz que tú encendiste, a separar el ruido de tu nombre de las cosas soñadas, de las cosas queridas.
Estás aquí para que yo te pueda enseñar algo. Todas las personas con las que te encontrarás aquí tienen una cosa que enseñarte. Eddie no se lo creía. Siguió con los puños cerrados. - ¿Cuál? -dijo. -Que no hay actos fortuitos. Que todos estamos relacionados. Que uno no puede separar una vida de otra más de lo que puede separar una brisa del viento.
Llamar a la puerta serviría de algo - siguió el lacayo sin escucharla -, si tuviéramos la puerta entre nosotros dos. Por ejemplo, si tú estuvieras dentro, podrías llamar, y yo podría abrir para que salieras, sabes.
Al igual que el amor es mi arma para abrir los corazones de los hombres, el amor es también mi escudo para repeler las flechas de odio y las lanzas de ira.
Lo malo de una mujer con el corazón roto es que empieza a repartir los pedazos.
Si el Estado moderno se encarga cada vez más de repartir beneficencia y previsión a todos lados, a beneficio primero de unos, luego de otros, tiene que degenerar en una institución que estimula la desintegración moral y prepara su propia condena final.
Al aumentar nuestra capacidad de obtener, procesar y distribuir información, la demanda de procesamiento de información cada vez más complejo crece incluso con más celeridad.
Ayer tuve el gran consuelo de distribuir en Medina de Rioseco (antes muy frío y con muchos rojos) 2.500 comuniones y más de 1.000 confirmaciones, el pueblo consta de 4.000 almas ¡que buen misionero es Fray Palo!
Ocurra lo que ocurra, pensé, la vida continúa igual, y hacemos las mismas cosas, y seguimos celebrando las pequeñas ceremonias anexas a nuestra comida, a nuestro sueño y nuestro asco. No hay crisis capaz de quebrar la corteza de lo habitual.
La vida no podía ser esa cosa que se nos imponía y que uno asumía como un arriendo, sin protestar. Pero ¿qué podía ser?... Debía haber una contraseña, algo que permitiera quebrar la barrera de la rutina y la indolencia y acceder al fin al conocimiento, a la verdadera realidad.
Jamás perdona el necio si ve la nuez vacía que dio a cascar al diente de la sabiduría.
El poeta es un cultivador de grietas. fracturar la realidad aparente o esperar que se agriete, para captar lo que está más allá del simulacro.
Los adversarios, los enemigos del país no descansan, ni descansarán, en la intriga y en tratar de dividir sobre todo aprovechando circunstancias como estas, entonces ¿cual es nuestra respuesta? Unidad, Unidad y más unidad esa debe ser nuestra divisa.
A los hombres se les puede dividir en dos categorías: los que hablan para decir algo, y los que dicen algo por hablar.
Prohibir una multitud de acciones indiferentes, no es prevenir los delitos que puedan nacer de aquéllas, sino crear otros delitos nuevos.
La sociedad humana constituye una asociación de las ciencias, las artes, las virtudes y las perfecciones. Como los fines de la misma no pueden ser alcanzados en muchas generaciones, en esta asociación participan no sólo los vivos, sino también los muertos y los que están por nacer
Si juzgamos por nuestra experiencia limitada e imperfecta, la generación tiene algunas ventajas sobre la razón; porque todos los días vemos a la última provenir de la primera, pero nunca a la primera de la última.
¿Y me va a decir a mí alguien en serio que un universo ordenado tiene que provenir de algún pensamiento y algún arte semejantes a los del hombre porque tenemos experiencia de ello?
El mundo necesita mentes y corazones abiertos, y estos no pueden derivarse de rígidos sistemas ya sean viejos o nuevos
... los indiduos, los cuales no se distribuyen en naciones, sino por la diversidad de lenguas, de leyes y de costumbres practicadas, y sólo de estás dos, es decir, de las leyes y las costumbres, puede derivarse que cada nación tenga un talante especial, una situación particular y, en fin, unos prejuicios propios.
Confucio ha dicho que como mejor se conoce el mundo es sin salir de casa. Y no le falta razón. No es imprescindible desplazarse en el espacio; también se puede viajar hacia el fondo del alma.
Alguien puede salir de la masa, pero esto no cambia nada; así que eso debemos tener en cuenta socialmente: las masas serán siempre las masas.
Siempre es bueno cuando se tienen amores ausentarse por algún tiempo. Así podemos cerciorarnos de si es cariño efectivo el que nos tienen o es capricho pasajero.
Porque a mí me podrían arrancar el recuerdo como un brazo, pero no la esperanza que es de hueso y cuando me la arranquen dejaré de ser esto que te estrecha las manos
Para nosotros, no es un ángel caído del cielo en la animalidad sino un ser en ascendente evolución; no purga sus pecados sobre la tierra sino que hace de ella el escenario de la maravillosa aventura de su vida inteligente, en busca de la libertad y queremos arrancar de esas creadoras fuerzas supremas, el lastre pesado de los siglos de barbarie y de barbarie actual.
El hombre está programado para ser católico, protestante, italiano, británico, y así sucesivamente. Durante siglos ha sido programado: para creer, para tener fe, para seguir ciertos rituales, ciertos dogmas; programado para ser nacionalista e ir a la guerra
Buscar. No es un verbo sino un vértigo. No indica acción. No quiere decir ir al encuentro de alguien sino yacer porque alguien no viene.
Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco. Con Franco ya nos entenderíamos nosotros, o nuestros hijos, o quien fuere, pero estos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco (atribuyéndoselo a Negrín).
El misántropo es hombre; por lo tanto, el humanista ha de ser en cierta medida misántropo. Pero es un misántropo científico, que ha sabido dosificar su odio, que odia primero a los hombres para poder amarlos después
Creo que para un pintor, para un arquitecto, la jubilación no existe. Uno sigue haciendo cosas mientras le salen. No las va a cortar así por una decisión de su voluntad; no va a quedarse con la mente en blanco.
Sólo podemos lograr una mejora considerable en nuestras vidas cuando dejamos de cortar las hojas de la actitud y la conducta y trabajamos sobre la raíz, sobre los paradigmas de los que fluyen la actitud y la conducta.
Confío que el destino será de la democracia: no puede haber otro destino que no sea el destino de la libertad para todos los argentinos. El país no retrocede ni podrá retroceder. Todos debemos estar dispuestos a marchar hacia el progreso, pero en el ámbito de la dignidad humana, del decoro,de la civilización y de la justicia.
No ser mal anfitrión, sino obsequiar al huésped en la mesa, y dejarlo marchar cuando le plazca irse.
Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco. Con Franco ya nos entenderíamos nosotros, o nuestros hijos, o quien fuere, pero estos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco (atribuyéndoselo a Negrín).